El blanqueamiento dental es uno de los tratamientos más populares en las clínicas dentales cuando llega el verano. Se trata de un tratamiento de estética dental rápido, asequible y eficaz, lo que sin duda contribuye a su popularidad. Es por ello que en las últimas semanas nos han repetido con cierta frecuencia una duda muy concreta: “Soy propenso a la sensibilidad dental, ¿debería hacerme un blanqueamiento?“. La respuesta a esta pregunta no puede ser un simple sí ni un no, porque es algo más compleja. Empecemos por el principio.
¿En qué consiste un blanqueamiento dental?
El blanqueamiento dental es un proceso químico mediante el cual, gracias a la aplicación de unos determinados productos, se consigue aclarar el tono de las piezas dentales en mayor o menor medida. En concreto los productos clínicos que se utilizan en una clínica dental como la nuestra para aclarar la sonrisa de los pacientes y ofrecer resultados duraderos están basados en el peróxido de hidrógeno o de carbamida en diferentes concentraciones. Una forma sencilla pero efectiva de explicarlo sería imaginarnos que las moléculas de peróxido ‘penetran’ en las manchas del diente y las separan, haciéndolas más pequeñas y menos apreciables.
Gracias a esto se consiguen hasta 8 tonos más blancos gracias al tratamiento, pero, como siempre aclaramos a los pacientes, hasta alcanzar el tono natural de tu propio diente, nunca llegando más allá. Podríamos decir que es un proceso similar a ‘limpiar’ la superficie del diente, y esto es lo que provoca que se vea más blanco, pero no consigue un tono que nuestro diente no pueda alcanzar de forma natural.
Este tratamiento consta de dos fases: clínico y ambulatorio.
- La parte clínica, que se realiza aquí bajo la supervisión estricta de profesionales y en la que se usa un producto con una concentración elevada de peróxido de hidrógeno, que garantiza unos resultados tan rápidos como efectivos, y se activa y ‘fija’ al poro del diente al ser expuesto a las conocidas luces LED azules.
- La parte ambulatoria, que se realiza posteriormente en casa del paciente. Se le entregan al paciente unas férulas con la medida de su boca, para que encajen perfectamente, y se le entregan jeringas de un producto que debe aplicarse siguiendo siempre las recomendaciones y avisos de los profesionales que le han realizado el tratamiento.
¿Y provoca sensibilidad?
El proceso provoca cierta sensibilidad en algunas personas, tanto durante el proceso en clínica como el que se realiza después en casa con menores concentraciones del producto y gracias a una férula. En los casos en los que ocurre en la clínica, no hay ningún problema, porque se puede interrumpir el tratamiento, ya sea de forma temporal o definitiva, y esa sensibilidad suele desaparecer en cuanto se retira el producto o la lámpara LED.
Si ocurre durante el tratamiento ambulatorio, podemos probar varias cosas. Desde usar el producto un día sí y un día no, a aplicárnoslo durante una menor cantidad de tiempo o, la más eficaz, usar pastas contra la sensibilidad dental.
¿Y si ya de por sí tengo sensibilidad?
Esta es la pregunta que más estamos recibiendo estos días. Desde Vélez y Lozano no animaríamos a nadie a realizar un tratamiento estético sin dejarle claros los riesgos asociados. Si la persona tiene sensibilidad dental por sí, es muy probable que el blanqueamiento dental le produzca cierta sensibilidad. Por eso tenemos activo un protocolo especial para este tipo de pacientes, en el que les aconsejamos el uso de un desensibilizante durante las dos semanas antes de acudir a clínica al tratamiento.
Además, también tenemos disponibles jeringas de blanqueamiento para la parte ambulatoria con una concentración menor a la habitual (un 6% menos) para prevenir posible sensibilidad. Algunos pacientes optan por llevarse dos de cada y así probar, si las de menor concentración no les dan sensibilidad, prueban las otras.
Aún así, la sensibilidad dental es un riesgo asociado a varios tratamientos dentales pero no entraña ningún peligro en sí misma. Es decir, la sensibilidad es solo sensibilidad, no provoca problemas de salud y tiende a desaparecer tras terminar el tratamiento, así que algunas personas simplemente optan por aguantarla.
Por eso no podemos dar una respuesta a esos pacientes con sensibilidad que nos preguntan. No podemos asegurar que el tratamiento les dé o no sensibilidad, ni tampoco que el paciente pueda o no ‘aguantarla’.
Aún así, tener sensibilidad dental sin que esta se deba a un tratamiento puntual o momentos puntuales, no es algo ‘normal’ ni que debamos pasar como aceptable. Lo que este tipo de pacientes debe hacer es venir a una cita de valoración en la clínica, en la que podamos revisar que todo anda bien en lo tocante a su salud oral, y ponerle remedio si no es así.