Seamos claros desde el principio: sí, el alcohol es perjudicial para la salud dental, como lo es para la salud en general, sin paliativos. Pero, ¿cuál es el problema en concreto? En un estudio de la revista científica Microbiome, publicado en el año 2018, se analizó la microbiota oral de un grupo de personas que consumían alcohol duro de forma habitual y se contrastó con la de otro grupo de personas que no lo hacían, arrojando como resultado que los bebedores habituales (muchos de ellos directamente con problemas de alcoholismo) tenían mayor cantidad de bacterias dañinas para la salud oral presentes en sus bocas, lo que aumentaba el riesgo de padecer múltiples enfermedades, entre las que se encontraban varios tipos de cáncer oral.
Sin embargo, en un estudio publicado en el año 2016 por la Universidad Alas Peruanas, no se encontró relación alguna entre el consumo de alcohol, ni de forma semanal, mensual ni anual, y la formación de caries dental, como sin embargo señalan algunos artículos de la red que lo vinculan con la acidez que crean en la boca las bebidas alcohólicas.
Las revistas y estudios científicos, de forma algo más rigurosa, lo que suelen es vincular hábitos perjudiciales para la salud general como el consumo de alcohol con una mayor propensión a una higiene dental deficiente, lo que sin duda sí que es un factor determinante para la formación de caries y otras patologías.
Este estudio, publicado en inglés, sin ir más lejos, descubrió que, en Estados Unidos, el 70.6% de los pacientes bajo tratamiento contra el alcoholismo, sufrían de una acumulación de placa dental severa pese a que aseguraban cepillarse los dientes al menos una vez al día.
Cabría por tanto relacionar el alcoholismo y los hábitos nocivos en general con pocas visitas al dentista, higiene oral deficiente y otros tantos factores, en lugar de una relación directa entre el consumo de alcohol y la proliferación de caries, como señalan algunos blogs dentales que no citan ninguna fuente de consistencia.
Lo que sí que está bastante demostrada es la relación entre el alcohol y varios tipos de cáncer oral, además de, por supuesto, muchísimas otras enfermedades y tipos de cáncer relacionados con el resto del cuerpo. Por tanto, como cualquier profesional de la salud, desde nuestra clínica dental instamos a limitar el consumo de alcohol a lo mínimo posible, no sustituyéndolo tampoco de forma social por bebidas azucaradas ni carbonatadas, si no por aquellas que ya han demostrado sus beneficiosos efectos sobre el organismo, como infusiones, té o, por supuesto, el agua.