El otro día conocí un caso muy particular y bastante desagradable de un paciente que acabó en el hospital por una infección dental que se extendió. Aunque esta es una respuesta demasiado simplista para un problema complejo, claro, al final la información que retienen sus familiares y las personas cercanas que conocen el caso es más o menos esta: que un diente infectado le provocó un problema de salud bastante grave que, si no llega a ser tratado a tiempo, le hubiese podido costar incluso la vida.
En realidad lo que sufrió se conoce como angina de Ludwig y, sí, en 9 de cada 10 casos, como era el de este paciente, el foco de la infección son los molares inferiores.
¿Pero cómo ocurre una angina de Ludwig?
Cuando una caries no se detecta o trata a tiempo, la infección se expande, ya que las bacterias siempre buscan una ‘salida’ a través del diente hasta el exterior. Esto es lo que provoca los abcesos, como explicamos la semana pasada en este mismo blog. Cuando estas bacterias van infectando el exterior y llegan a la parte inferior de la boca (por eso ocurre cuando el foco son los molares inferiores), es cuando la infección se vuelve muy peligrosa, porque se puede expandir al cuello con rapidez y pone en peligro la vida del paciente.
Es una afección que ocurre con mayor frecuencia en personas con diabetes o inmunodeprimidas, ya que un sistema inmunitario más débil hará que se propague la infección con mayor rapidez, como es fácil de comprender.
¿Cómo se detecta una angina de Ludwig?
Cuando la infección va avanzando, provoca la inflamación de los tejidos afectados, por lo que el cuello puede aumentar de tamaño. Además, los pacientes experimentan molestias tales como dolor de garganta, dificultad para tragar, fiebre…
De hecho, es esta inflamación la que provoca la letalidad de esta afección. La infección provoca que se inflame la parte posterior de la garganta, lo que obstruye las vías respiratorias en el paciente y complica o incluso imposibilita la respiración. Se calcula que aunque se tratase a tiempo, sin el uso de antibióticos, como ocurría en realidad no hace tanto tiempo, la tasa de letalidad superaba el 50%.
¿Y qué opciones hay una vez diagnosticada?
Una vez que el paciente acude con las molestias citadas anteriormente, y se sospecha de esta afección, lo más habitual es realizar una tomografía computarizada (TC) o un análisis de sangre para evaluar la gravedad de la infección y la condición clínica. Todo esto se comienza a hacer en el hospital, normalmente, cuando ya se ha comenzado además el tratamiento, que suele ser la administración de antibióticos directamente por vía intravenosa. Además, se toman medidas para asegurar que el paciente pueda respirar adecuadamente y se tiene en observación, normalmente en las unidades UVI preparadas para ello.
También se suele extraer el diente que es el foco de la infección y se drenan los tejidos afectados que hayan podido acumular fluidos.
Como en cualquier infección, cuanto antes se trate y detecte, mayores son las probabilidades de superviviencia. La tasa de letalidad aún cuando se administren antibióticos se calcula en torno al 5-8% dependiendo de otros factores como la edad u otras dolencias asociadas.
Y el punto más importante,
¿Cómo prevenirla?
La mejor forma de prevenir infecciones orales (sean o no tan agresivas como la angina de Ludwig) es mantener una higiene bucal óptima. Para ello recomendamos no solo el cepillado dental tres veces al día, además del uso de material auxiliar para la limpieza interdental como hilo o seda dental, si no también recurrir a las limpiezas profesionales para conseguir eliminar el sarro inaccesible por el cepillo.
También es necesario acudir a las revisiones dentales en la clínica porque, de esa manera, gracias al uso de radiografías y a la exploración, podemos detectar caries e infecciones antes de que hayan evolucionado al punto crítico y tratarlas a tiempo.
Es por ello que en Vélez & Lozano siempre realizamos una revisión con nuestras citas de limpieza dental, o como las llamamos de forma interna, MRV (mantenimiento y revisión), porque las revisiones dentales son indispensables para detectar problemas como estos, no basta con una buena higiene oral y las profilaxis profesionales.