Hoy 14 de febrero se celebra el amor, el día de San Valentín, como bien sabemos todos, pero aprovechando lo ligada que está esta fecha al corazón, nuestro motor vital, ¿sabías que también se conmemora el día de las Cardiopatías Congénitas?
¿Y sabías que la salud bucodental puede llegar a ser clave para prevenir complicaciones en el sistema cardiovascular?
La conexión entre la salud bucodental y las cardiopatías congénitas
La periodontitis, una enfermedad inflamatoria crónica de las encías, no solo afecta a la cavidad bucal y a sus tejidos blandos, sino que también puede inducir una respuesta inflamatoria sistémica. Investigaciones publicadas en el Journal of Periodontology han mostrado que los pacientes con periodontitis tienen un 25% más de riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares que aquellos con una salud bucal óptima.
Además, en algunas guías clínicas, como las recomendadas por la asociación del corazón americana, la American Heart Association (AHA), llevan casi 10 años enfatizando la necesidad de mantener unos buenos hábitos de higiene oral para reducir el riesgo de edocarditis infecciosa. Una inflación de tipo crónico -como la periodontal- que favorece la formación de placas ateroscleróticas y facilita bacteriemias que pueden agravar las condiciones cardíacas, especialmente en casos como los de las personas con cardiopatías congénitas, como el que nos ocupa hoy.
Algo que se extiende a la población pediátrica, es decir, a los niños.
La importancia del enfoque integral
Como ya hemos mencionado en varias ocasiones, sin ir más lejos la semana pasada en nuestro artículo titulado “¿Existe relación entre salud dental y obesidad?”, es fundamental entender el cuerpo humano como un todo en lugar de como sistemas separados entre sí, lo que nos obliga a nosotros y al resto de clínicas dentales a adoptar un enfoque integral a la hora de instruir a los pacientes sobre la importancia de la salud oral. Así, unos hábitos de higiene oral rigurosos –cepillado tres veces al día, uso de hilo dental al menos una vez al día y visitas periódicas de revisión en nuestro dentista- pueden reducir el impacto de enfermedades sistémicas a largo plazo.