El reciente interés por la estética a todos los niveles ha hecho que cada vez sean más los pacientes de la Región de Murcia que solicitan a su profesional dental de confianza un tratamiento de blanqueamiento o aclaramiento dental, con el que poder lucir una sonrisa sana y atractiva, rejuveneciendo su aspecto facial y mejorando su autoestima a través de una imagen cuidada e impecable.
Los dientes son uno de los primeros elementos en que se fija cualquier persona al hablar con otra, y por ello la sonrisa es un elemento vital para nuestras relaciones sociales y laborales, de ahí que un blanqueamiento dental sea un tratamiento deseado por muchas personas, que se preguntan en ocasiones “¿cuál es el mejor blanqueamiento dental?”.
La respuesta está, fundamentalmente, en el profesional que escojamos para realizarnos el tratamiento, que será quien detecte las necesidades de nuestros dientes y nos aconseje la mejor alternativa, a partir de un protocolo de validez internacional. En esta entrada, abordaremos las peculiaridades del blanqueamiento en clínica, dejando para más adelante el blanqueamiento en el domicilio del paciente:
1. Toma inicial del color de nuestros dientes, para evaluar la situación inicial, poder compararla con la progresión en el aclaramiento, y valorar de forma aproximada hasta qué punto pueden aclararse.
2. Posteriormente, deben realizarse radiografías para valorar el estado de las raíces de los dientes, y evitar que exista ningún factor limitante en este sentido. Además, debe supervisarse la presencia o no de restauraciones (empastes) o rehabilitaciones protésicas (fundas o coronas) que no cambian de color con el blanqueamiento y hacen necesaria su sustitución al acabar el tratamiento.
3. Para empezar el tratamiento se emplea un retractor bucal que separa los tejidos blandos, al mismo tiempo que se coloca un protector químico sobre las encías, de forma que el producto blanqueante (normalmente un peróxido de hidrógeno, sólo dispensable en clínicas dentales por profesionales autorizados) nunca entra en contacto con las mismas.
4. El agente blanqueante debe estar adaptado a la longitud de onda de la fuente de luz que se emplee en cada clínica, sin haberse demostrado una mayor efectividad entre unas lámparas y otras, o entre el empleo de láseres de diodo, de tal forma que simplemente ‘aceleran’ los efectos del producto químico.
5. Después del periodo que el profesional estime oportuno para cada paciente, se evalúa el color adquirido y, dependiendo de la evolución, puede realizarse una nueva aplicación de luz por un tiempo definido, quedando éste factor a criterio del facultativo responsable del tratamiento.
De este modo, en un corto periodo de tiempo, y con el empleo de materiales de la máxima calidad, podemos obtener resultados que agradarán a todos los pacientes, y a su entorno más inmediato, consiguiendo unos dientes que nos permitan mostrar al mundo el poder de una sonrisa blanca y radiante.