El flúor es un elemento que se encuentra de forma natural en algunos alimentos como el pescado, el té o las legumbres. Su uso en el ámbito dental está ampliamente extendido, pero muchos padres de la Región de Murcia se preguntan en ocasiones: “¿para qué sirve?, ¿cómo se utiliza?, ¿es beneficioso para la salud dental de mis hij@s?”
Pues bien, se trata de un compuesto que actúa fundamentalmente sobre el esmalte de los dientes (el tejido más duro del cuerpo humano), el cual está formado por pequeños cristales de hidroxiapatita. Cuando el flúor entra en contacto con el diente en formación, éste es capaz de asimilarlo y añadirlo a su estructura, formando cristales de fluorhidroxiapatita, que son más resistentes al ataque ácido de las bacterias.
De este modo, su aplicación periódica a concentración elevada en una consulta dental hace que los dientes de los más pequeños de la casa sean menos susceptibles de tener caries en el futuro, cosa que resulta una ventaja y que, después de muchos años de estudios, es importante para reducir el riesgo de enfermedades dentarias.
¿Cómo se utiliza?
Existen varias formas de aplicarlo, todas ellas con una eficacia demostrada por la comunidad científica internacional:
- La primera, vía sistémica, supone ingerirlo y que pase a través del torrente sanguíneo hasta el diente. Éste sería el caso del flúor incorporado a los alimentos y al agua.
- Igualmente, hace unos años se recetaban pastillas o gotas de flúor para los niños, técnica que progresivamente se ha ido sustituyendo por el flúor en aplicación tópica, la tercera forma de administración de esta sustancia.
- La aplicación tópica se lleva a cabo normalmente mediante pastas dentífricas y colutorios (que pueden ser utilizados en casa) y geles o barnices (que son aplicados en la clínica dental por el odontólogo o higienista debido a su mayor concentración).
¿Quién puede beneficiarse de sus efectos?
Esta medida preventiva está indicada principalmente en niños, ya que el flúor se asimila en el diente en formación. No obstante, también estaría indicado su uso en pacientes adultos cuando exista una lesión de caries inicial que puede remineralizarse (debemos tener en cuenta que sólo se remineralizan aquellas lesiones de caries que sólo afectan a esmalte, y no las que han alcanzado la dentina).
De este modo, podemos concluir que, aplicado en su medida adecuada, el flúor es una medida eficaz para la prevención de caries. Ante una duda sobre la dosis adecuada para un adulto o un niño, debe consultar a un odontólogo pediátrico, quien le asesorará sobre las necesidades de cada paciente en base a su riesgo de caries dental.
Clara Serna Muñoz
Licenciada en Odontología
Máster en Odontología Infantil
Hospital San Rafael de Madrid