La pérdida de los dientes con el paso del tiempo, no solo supone un problema a la hora de masticar, sino también a la hora de hablar, tragar, sonreír y en general, produce una disminución de la autoestima. Hoy sabemos que cerca del 45% de la población es edéntula a los 75 años. (Misch, C. Contemporary implant dentistry. 1999.)
Con este artículo, queremos hacer ver el cambio estético que otorga una prótesis completa a un paciente que ha perdido numerosos dientes.
¿Qué ocurre cuando perdemos los dientes?
Disminuye el ancho y el alto del hueso alveolar, que es el que soporta los dientes. Por este motivo, los labios se retruyen, ‘se meten hacia dentro’, y da la sensación de que ‘crecen’ la barbilla y la nariz.
Cuando esto ocurre, lo que hacemos para solucionarlo es poner una prótesis con la que podemos soportar el labio, volviendo éste a una posición natural.
Estas prótesis pueden llevarse de dos formas:
– Colocadas sobre implantes (implantosoportadas), lo cual es muy cómodo dado que la prótesis no se mueve de su sitio, y simula una masticación como la que tenemos con dientes naturales
– Colocadas sobre la encía (mucosoportadas), lo cual es más económico para el paciente, pero con la desventaja de ser algo más incómodas y la necesidad de usar adhesivos de prótesis para fijarlas.
Entonces, ¿por qué debemos utilizar una prótesis dental?
- Mejora nuestro aspecto y, por lo tanto, nuestra autoestima.
- Nos facilita la masticación y la deglución de alimentos.
- Nos permite hablar mejor que sin dientes.
- Mejora el pronóstico del resto de nuestros dientes, ya que las fuerzas se reparten mejor.
Emilio Gil López
Odontólogo
Universidad Rey Juan Carlos
Universidad de Murcia