Actualmente las clínicas dentales de todo el mundo atienden pacientes cada vez más interesados en mejorar su salud bucodental a través de un cuidado esmerado en el que emplean los mejores elementos para el control mecánico y químico de la placa.
Y, si bien es cierto que todos sabemos que el mejor instrumento para retirar los restos de comida es el cepillo de dientes eléctrico, y que la pasta con fluoruro de estaño es seguramente el mejor agente multibeneficio a nivel químico para tratar la mayoría de problemas bucales, una de las dudas que con más frecuencia surge es la conveniencia de usar, o no, un irrigador dental.
¿Quién debería utilizar un irrigador dental?
Cualquier persona con una prótesis fija como coronas, fundas o puentes, sujetas sobre dientes o sobre implantes, puede beneficiarse del uso de un irrigador, puesto que le ayudará a limpiar zonas en las que apenas se pueden retirar los restos de comida si no es con ayuda de hilo dental o un chorro de agua a presión.
Además, las personas que padezcan enfermedad periodontal, y que tengan ‘troneras’ o grandes espacios entre los dientes motivados por la pérdida de encía, encontrarán que un irrigador dental les ayuda a mejorar considerablemente su higiene
Por último, los pacientes que lleven ortodoncia con brackets de cualquier tipo, agradecerán también el uso de un irrigador dental, que les ayudará a realizar una limpieza profunda en cualquier zona de su boca.
¿Qué irrigador de dientes debo escoger?
La única diferencia la aporta la tecnología de microburbujas de oxígeno, patentada por los irrigadores Oxyjet, los más recomendables para la higiene interproximal, que, además de retirar los restos de alimentos, contribuyen a eliminar bacterias anaerobias por la presencia de oxígeno en las zonas de más difícil acceso.
Gracias a esto, los irrigadores Oxyjet pueden ofrecer el mayor control posible sobre la flora bacteriana, consiguiendo reducir los efectos de la enfermedad periodontal y reducir el número de bacterias presentes en la boca del paciente.
Mientras, el resto de irrigadores de agua para limpieza dental, como Airfloss o Waterpik, se limitan a ofrecer un flujo continuo o discontinuo de agua que, efectivamente, ayudan a retirar los restos de alimentos, pero sin ofrecer ningún control sobre las bacterias, por lo que el único recurso que pueden ofrecer es una variación de la potencia del chorro de agua.