A la hora de alinear nuestros dientes con un tratamiento de ortodoncia, las técnicas disponibles en los últimos años han experimentado un gran salto, tanto cualitativo, haciéndose más efectivas, rápidas y estéticas, como cuantitativo, aumentando enormemente las posibilidades que los ortodoncistas pueden ofrecer a sus pacientes.
Una de estas técnicas es Invisalign, posiblemente la más conocida de entre aquellas enfocadas a la corrección de las malposiciones dentarias con el uso de alineadores plásticos, cuyo reconocimiento ante la comunidad científica viene de la mano de diversos factores:
– Fue el primer sistema de este tipo en comercializarse en todo el mundo, en 1999
– Es la primera técnica de ortodoncia transparente por número de pacientes tratados, más de dos millones
– Ha invertido más de 400 millones de dólares en Investigación, Desarrollo e innovación, y disfruta de numerosas patentes de gran efectividad
A consecuencia de esto, cada vez son más los casos que los profesionales experimentados en esta técnica abordan mediante el uso de alineadores removibles, como por ejemplo las mordidas cruzadas posteriores que, en determinados casos, pueden ser resueltas sólo con Invisalign y, en otros, requieren técnicas auxiliares como botones o elásticos intermaxilares.
En cualquier caso, es imprescindible que el dentista director clínico del caso determine inicialmente el origen de esa mordida cruzada, que puede ser de mayor o menor gravedad, dependiendo de la posición de los dientes y de los huesos que los sujetan, lo que determinará las posibilidades de tratamiento.
De este modo, en el caso que vemos a continuación, a partir de su planificación en el programa informático Clincheck desarrollado por Align Technology, veremos cómo podemos resolver una mordida cruzada posterior, lo que facilitará que el paciente pueda morder de forma correcta al finalizar el tratamiento.
Así, en este post vemos otra de las innumerables ventajas que la ortodoncia plástica ofrece a aquellos pacientes, niños y adultos, que se decidan a mejorar la posición de sus dientes, consiguiendo resultados estéticos, pero, sobre todo, garantizando la corrección de las malposiciones dentarias y aquellas situaciones en las que, debido a una incorrecta relación de los dientes, pueden producirse hábitos que perjudiquen a la salud del paciente, como es el caso de una mordida cruzada.