Aconsejar a un paciente dental sobre el tratamiento a realizarse es, en muchos casos, sencillo, porque el profesional dental ve innumerables ventajas a una técnica frente a otra, y señala al paciente que eso es lo que debe realizarse.
En otros casos, resulta más complejo porque puede optarse por varias alternativas, y el paciente es quien debe decidir por cuál optar, asesorado por su profesional dental de confianza, en base a las ventajas y desventajas de cada procedimiento.
Una de las cuestiones que más se ha planteado en los últimos tiempos, dentro del campo de la odontología restauradora, es si resulta necesario colocar una ‘funda’ o ‘corona’ de cerámica sobre el diente después de realizarle una endodoncia, lo que popularmente se conoce como ‘matar el nervio’.
Los pacientes de Murcia muchas veces preguntan: ¿por qué? Colocar una funda es un medio de ‘proteger’ una pieza que, tras la endodoncia, queda debilitada por la cantidad de diente que había previamente con caries y el diente que ha sido necesario retirar para llegar al nervio.
En esos casos, y tras realizar una obturación o ‘empaste’ normal, al cabo del tiempo se producía una fractura de alguna de las debilitadas paredes de la muela, obligando a extraerla y perdiendo una pieza que tanto el dentista como el paciente deseaban mantener en su sitio.
Por esto, se generalizó el uso de ‘fundas’ o ‘coronas’ que permitían evitar este inconveniente, al cubrir todo el diente con una estructura rígida que difícilmente se fractura. Sin embargo, con el paso de los años pueden producirse ‘microfiltraciones’ entre el diente y la corona de forma que la saliva y alimentos entran al diente, produciéndole una caries y haciendo en algunos casos que el diente acabe siendo extraído.
Esto es algo que se ha estudiado en profundidad y que, en muchos casos, se resuelve actualmente realizando una obturación con una ‘protección cuspídea’, consistente en ‘limar’ parte de las cúspides de los dientes y cubrirlas también con material del ‘empaste’ de forma segura y evitando filtraciones.
De este modo, puede conseguirse así una estructura reforzada ‘limando’ el menor diente posible y sin necesidad de poner una funda, que ahora queda reservada para los casos en los que apenas queda tejido dentario y se combina una de éstas con un perno intrarradicular que le da mayor resistencia, algo más difícil de conseguir con un ‘empaste’.
Es por ello que, ante una situación compleja, resulta imprescindible contar con el asesoramiento y la confianza de profesionales expertos en soluciones de odontología restauradora que sepan dar la mejor solución a nuestros problemas, y comunicarnos las alternativas de que disponemos, con las ventajas e inconvenientes que cada una de ellas presenta.