¿Qué es el bruxismo?
El bruxismo es un trastorno cada vez más extendido en nuestra sociedad, tanto en niños como en adultos, que consiste en hacer rechinar los dientes a la vez que se aprietan entre sí, ejerciendo presión.
Puede ser diurno o nocturno, dependiendo de si se produce con la persona despierta o dormida. Con el paso del tiempo, el bruxismo comienza a generar dolor al que lo sufre, tanto a nivel dental como a nivel articular en la mandíbula. Además, en ocasiones este dolor puede irradiarse hasta el oído, llegando a provocar incluso fuertes dolores de cabeza.
Existe otra clasificación para el bruxismo, dependiendo del cómo se produzca.
El bruxismo estático es el menos común y suele estar asociado a periodos diurnos. Como su propio nombre indica se produce sin llegar a mover los dientes, limitándose a apretarlos unos contra otros.
El bruxismo dinámico, sin embargo, es el más extendido y se produce (normalmente) en periodos nocturnos. Cuando ocurre, además de apretar los dientes, se suelen mover unos contra otros de izquierda a derecha o hacia adelante y hacia atrás, provocando un movimiento de fricción entre la fila superior y la inferior.
El bruxismo se puede clasificar en los siguientes grados:
Grado I: Este suele darse de manera muy ocasional sin llegar a provocar daños significativos, en ciertos periodos de estrés y de manera involuntaria, muchas veces el paciente ni siquiera lo sabe
Grado II: Este es ya un hábito en proceso de fijarse, en el que se produce de forma más frecuente y llega a producir daños perceptibles. Puede ir y venir en épocas de estrés o ansiedad.
Grado III: El paciente es consciente del alcance de su nivel de bruxismo, pero no puede parar. Los daños llegan a ser severos y pueden ocasionar fracturas en las piezas dentales, requiriendo extracciones y tratamientos más complejos e invasivos para el paciente, que realiza el hábito de forma continuada, generándole esto aún más estrés y ansiedad.
Causas del bruxismo
Pese a que esta patología se extiende con rapidez y con cada vez más frecuencia entre la sociedad, aún no se ha logrado determinar con total precisión y certeza las causas que lo provocan, aunque suele estar asociado con:
- Ansiedad y estrés
- Maloclusión
- Problemas psicológicos
- Fármacos (como los antidepresivos)
- Estimulantes como la cafeína o la teína
- Desórdenes del sueño
- Alteraciones neurológicas (como el párkinson)
Consecuencias del bruxismo
Las consecuencias del bruxismo las podemos dividir en dos grandes grupos, las que afectan directamente a las piezas dentales y las que afectan a la articulación y músculos de la mandíbula.
Entre las consecuencias para las piezas dentales destaca el desgaste, que puede llegar a producir hipersensibilidad al dejar al aire la dentina del diente y provoca consecuencias negativas a nivel estético, como que la pieza se vea más pequeña o incluso con aspecto astillado. Además, al sobrecargar y desgastar de esa forma el diente, se puede producir incluso una fisura, algo que no es reparable en la mayoría de los casos y que lleva a una extracción de la pieza.
En cuanto a la articulación temporomandibular (conocida como ATM) sus consecuencias son la tensión muscular, lo que ocasiona un molesto dolor que además se irradia a oído y cabeza y además provoca un desgaste prematuro de las almohadillas que componen la articulación, lo que conlleva problemas y dolores al realizar acciones relativamente cotidianas como abrir la boca de forma amplia o bostezar.
Tratamientos para el bruxismo
Otra de las complicaciones agregadas para el bruxismo se basa en las opciones de tratamiento, que normalmente pasan por paliar las causas del mismo. El problema es realizar un diagnóstico adecuado de las mismas o tener la posibilidad de realmente atajarlo. Intentar mejorar nuestros hábitos de sueño reduciendo el consumo de estimulantes o dejando de usar el móvil una hora antes de acostarnos es algo sencillo, sin embargo, reducir nuestros niveles de estrés no suele ser algo que esté en nuestra mano cambiar de un día a otro, pues están provocados por situaciones externas.
Por ello lo habitual es tratar las consecuencias del bruxismo, tratando de minimizarlas al máximo, en lugar de hacer desaparecer el hábito, algo como ya hemos explicado, mucho más complejo.
Cada tipo de daño o nivel de bruxismo tiene a su vez su propio remedio, desde medicación (relajantes musculares) a inyecciones de bótox, pero siendo esta una clínica dental, nos centraremos en las consecuencias dentales.
Para paliarlas lo más conocido y sonado, tan buscado últimamente y tan requerido por los pacientes, es la férula de descarga. Estas férulas son un protector que abarca todos los dientes de la parte superior de la boca, lo que los protege de friccionar contra los de la parte inferior, evitando así el daño por desgaste. Además, también previene los dolores musculares y de cabeza en muchos casos.
La férula de descarga está fabricada en plástico y es principalmente plana. Debe tener un grosor consistente para ser funcional y debe ser completamente unipersonal, o puede provocar más daños de los que prevenga. Por ello lo adecuado es acudir a consulta odontológica y dejar que un profesional valore si de verdad necesitamos una férula y nos la fabriquen en un laboratorio homologado.
Pese a que últimamente proliferan estos artículos en los mercados online debido a su demanda, debemos insistir, una vez más, en que su uso sería contraproducente.
Autor: Juanjo Martínez