Desde que comenzásemos a escribir en este blog, en el año 2012, nuestro objetivo siempre ha sido el de divulgar contenido relacionado con la odontología y la salud bucodental de forma clara y accesible para cualquiera con o sin conocimientos de la materia. Es decir, instruir. Con esto mismo en mente, hace ya más de un año y medio que me embarqué en una aventura con la ayuda de Juan José Martínez Vázquez: la de escribir un libro para acercar un mundo tan complejo como el de los implantes dentales a pacientes y curiosos.
Ahora, tiempo después, el libro ya está en nuestras manos y puedo decir que me siento orgulloso del mismo. En esta entrada de blog trataré de reproducir, de forma resumida y esquemática sus primeras páginas, no solo por ofrecer así un adelanto del contenido del libro a cualquiera con cierto interés en él, si no porque en esas páginas trato de responder a, sin duda, una de las preguntas que más escucho en el gabinete a la hora de hablar de implantes: ¿Por qué debería reponer mis dientes perdidos?
Soy Fernando García Vélez, implantólogo y director clínico de Vélez y Lozano, y voy a tratar de explicaros por qué.
Consecuencias de perder un diente
A. A nivel oral
Es muy común el pensamiento “para qué me voy a reponer una muela, si no se ve…”.
Como odontólogo he oído esta afirmación en innumerables ocasiones, y siempre respondo a mis pacientes de la misma manera, nuestros dientes se encuentran en continuo movimiento, por lo tanto, perder un diente y no reponerlo se traduce en numerosos riesgos entre ellos, de inclinación, extrusión y caída.
Estos pequeños desajustes, aumentan el riesgo de caries por almacenar restos de comida, además de provocar problemas periodontales o de los tejidos que soportan el diente por apoyos inadecuados o dificultades en la higiene. Hay que sumar también, que desde el momento en que perdemos el órgano del diente comenzamos a perder masa ósea, específicamente se pierde hasta un 50% en los primeros dos años y una continua perdida en los años sucesivos, aunque con menor rapidez.
Los implantes dentales ayudarían a reponer los dientes perdidos de la forma menos traumática para el entorno que les rodea, evitando los problemas periodontales y de caries por movimientos dentales. A nivel óseo, no evitan la perdida de masa ósea, pero si la ralentizan y cuanto antes coloquemos el implante más hueso dispondremos y las técnicas serán más sencillas, aumentando el éxito de los mismos.
B. A nivel sistémico
Es importante que los alimentos se trituren bien y pasen un tiempo en boca, eso hace que se genere más saliva, se lubrique bien el bolo alimenticio y que las encimas que hay en los diferentes fluidos puedan actuar sobre los nutrientes para que se puedan absorber.
Una buena masticación no solo mejora la asimilación de los nutrientes, también estimula el sistema inmune, tenemos sensación de que realmente hemos comido y evitamos picar entre horas, y también se produce una autolimpieza de los dientes.
C. A nivel estético
Los dientes y los tejidos que lo rodean no solo tienen funciones masticatorias. Nos ayudan a hablar y soportan los tejidos faciales.
Al perder los dientes, se produce una atrofia de los tejidos que lo soportan, que se acentúa si utilizamos prótesis removibles. Esto tiene efectos sobre la cara, ya que al no apoyar sobre ellos se colapsan.
Estas son solo algunas de las razones por las que deberíamos reponer nuestros dientes perdidos, pero hay más. Si te ha gustado la entrada y te interesa el tema, deberías leer el libro completo, que puedes conseguir a través de aquí: DESCARGAR GRATUITAMENTE