Hoy, 13 de septiembre (además de ser viernes 13 para los amantes del terror) se celebra el Día Internacional del Chocolate, lo que nos sirve un poco de ‘excusa’ para hablar de la teobromina, un tema que resulta muy curioso para aquellos pacientes que escuchan hablar de ella.
Y es que, aprovechando este día, o quizá por mera casualidad, quizá hayas oído alguna vez que el chocolate tiene efectos beneficiosos para nuestra salud dental, ¿te suena?
En realidad, como clínica dental debemos aclarar que esto no es precisamente así. Aunque en cierta forma sí que se puede afirmar, en realidad y siendo totalmente fieles a la verdad y, sobre todo, precisos, deberíamos diferenciar al cacao y al chocolate.
Lamentamos decir a aquellos muy golosos que el chocolate no tiene ningún tipo de beneficio para la salud dental, como cualquier alimento con alto contenido de azúcar, es cariogénico. Por supuesto, por comer una onza de vez en cuando no se nos van a caer los dientes al suelo, máxime si nos cepillamos después de comerlo, lo que por otra parte deberíamos estar haciendo con todo tipo de alimentos, pero cualquier alimento con contenido de azúcar, como suele ser el chocolate, es cariogénico en potencia.
Lo que sí es cierto, es que el cacao, el ingrediente a partir del cual se fabrica el chocolate (aunque muchos llevan mucha más cantidad de azúcar que de otra cosa) contiene una sustancia llamada teobromina.
Vale, y…
¿Qué es la teobromina?
La teobromina es un alcaloide de sabor amargo y que se relaciona estrechamente con la cafeína. Además de en el cacao, la podemos encontrar en las nuces de cola y el té aunque también se produce en laboratorios debido a que se usa para aumentar la cantidad de orina que producen los riñones, para estimular el corazón o anchar los vasos sanguíneos, entre otras cosas.
¿Y eso qué tiene que ver con los dientes?
Pues es que este alcaloide se está comenzando a investigar como una alternativa o complemento eficaz del flúor, ya que reduce la aparición de lesiones cariosas gracias a que contrarresta la acción de ácidos dañinos que desmineralizan nuestros dientes. Además, también se vincula con la sensibilidad dental, por lo que está comenzando a figurar ya como ingrediente estrella de algunas pastas dentales, aunque otras se limitan a incluirlo pero sin dejar de lado el flúor u otros ingredientes algo más ‘básicos’ o tradicionales.
Sin embargo, todo esto está aún en fase de experimentación, y realmente su aplicación en el campo de la salud dental está bastante limitado, a la espera de que la literatura científica termine de respaldar o desmienta definitivamente estas afirmaciones.