El uso del 3D está evolucionando a un ritmo vertiginoso, lo que afecta a multitud de sectores y, por supuesto, el odontológico no iba a ser menos. En cuanto a implantología dental esta revolución tiene un nombre propio: cirugía guiada.
¿Cómo funciona?
Las cirugías guiadas se realizan gracias a unas férulas elaboradas en resina biocompatible en impresoras 3D con las que, mediante unas anillas integradas, se coloca el implante en la posición exacta que se ha determinado durante la planificación previa realizada gracias a la tecnología 3D que nos aportan las radiografías del tipo CBCT que poseemos en Vélez y Lozano.
La confección digital de la férula guiada se lleva a cabo gracias a un escaneado digital de la boca del paciente en un software especializado cuyo objetivo es superponer los datos radiológicos con la superficies dentales y gingivales en las que se trabajará digitalmente la férula guiada.
La tecnología necesaria, por tanto, involucra el citado aparato de rayos X conocido como CBCT (Tomografía Computarizada de Haz Cónico en sus siglas en inglés) y una impresora 3D con tecnología SLA, por lo que pocas clínicas dentales, como la nuestra, pueden realizar este tipo de cirugías.
¿Qué ventajas tiene?
La cirugía guiada de implantes tiene una serie de ventajas frente a la tradicional, que podemos resumir como los ‘cuatro menos’. Son los siguientes:
Menos riesgos
Al aumentar la planificación, disminuyen los riesgos para el paciente. La guía quirúrgica que ya hemos mencionado, se adapta perfectamente a la boca de nuestro paciente y posee unos orificios que guían con precisión exacta las fresas usadas para colocar los implantes.
Menos invasiva
Al mejorar la precisión y la predictibilidad durante la operación, no es necesario realizar ningún abordaje muy invasivo para la encía, al contrario de lo que ocurre con la cirugía tradicional.
Menos tiempo de intervención
Gracias, una vez más, a la ayuda de la planificación digital, el implantólogo puede confiar en la guía y no perder tanto tiempo en la intervención en detalles como la posición del implante, que ya sabe de antemano que es la correcta, o en las posibles estructuras anatómicas que podría encontrarse al abrir la encía, ya que esto ultimo no lo hace.
Menos posoperatorio
Al reducir tanto el tiempo de intervención como lo invasivo de la misma, la herida del paciente es menor, lo que mejora muchísimo el posoperatorio y el tiempo de recuperación. En la mayoría de las ocasiones no es necesario tan siquiera el aplicar puntos de sutura.
Cirugía guiada: paso a paso
Valoración
El primer paso es que el implantólogo, en una primera visita y tras estudiar el caso con el propio paciente, decida que es receptivo para los implantes mediante cirugía guiada.
Planificación
Después, una vez acordada la intervención y ya sin el paciente presente, gracias al escaneado intraoral digital del paciente y con la imagen en tres dimensiones del maxilar en un software específico, valorará cuál es el lugar más apropiado en el que colocar el implante.
Con este mismo software se fabrica la férula guiada, el material más importante de los involucrados en el proceso y el que guiará al cirujano durante la intervención. Como ya hemos mencionado, le permitirá una precisión milimétrica a la hora de colocar el implante.
Intervención
El último paso es, necesariamente, la propia intervención, de la que ya hemos mencionado las ventajas en el punto anterior (menos invasiva, de menor duración…etc.). El porcentaje de éxito en este tipo de intervenciones aumenta considerablemente con respecto a las cirugías tradicionales.
Si has perdido un diente y estás valorando sustituirlo con un implante, te instamos a hacerlo lo antes posible, pues una intervención temprana es más sencilla, con mejor pronóstico y más económica. Las ausencias se notan, como siempre decimos en Vélez y Lozano. Y como ya has leído en este artículo, con la cirugía guiada el riesgo es mínimo, por lo que no debería darte ningún miedo.
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Autores: Fernando García Vélez y Juan José Martínez Vázquez.