Ante la necesidad de ponernos un implante es lógico que nos surjan los miedos y dudas relativos a un procedimiento quirúrgico pero, poner un implante es un acto mínimamente invasivo y cuidadoso, que se asemeja más (en cuanto a sensaciones y molestias) a un empaste que a una extracción.
Es cierto que existen casos complejos donde por falta de hueso tenemos que recurrir a técnicas complejas de regeneración, pero son la minoría. Actualmente se prefiere colocar implantes cortos y estrechos a realizar cirugías de regeneración basándonos en las investigaciones científicas recientes.
En cuanto al tamaño de un implante, el diámetro estándar es de 4 mm y la longitud de 10 mm, es decir, más pequeños que una habichuela.
El tratamiento es completamente indoloro, realizándose con anestesia local. Simplemente se nota una ligera vibración y un sabor salado por el uso de suero salino que limpia y mantiene la temperatura del instrumental estable.
Posteriormente, muchos pacientes no requieren ni tratamiento analgésico, ya que no suelen doler ni se suelen inflamar.
Existen diferentes técnicas para colocar un implante:
1. IMPLANTE ESTÁNDAR:
Esta es la forma más común para colocar los implantes y la realizamos cuando ya no hay diente y contamos con suficiente hueso tanto en anchura como en altura y de encía masticatoria o queratinizada.
Consiste en una cirugía mínimamente invasiva a través de un ojal en la encía o haciendo una pequeña incisión de acceso para poder localizar el hueso. Posteriormente tras pasar varias fresas para preparar el espacio, colocamos un implante.
Llegados a este punto hay dos alternativas durante el periodo de curación:
- Técnica tradicional o cuando existe poca estabilidad del implante una vez colocado, que podría provocar movimientos durante la curación, y por ende, su no integración con el hueso. Esta técnica consiste en dejar el implante enterrado debajo de la encía para que no intervengan ningún agente externo y facilitar la unión del hueso con el implante.
- Técnica en una fase, donde al implante se le conecta un pilar de cicatrización que se queda expuesto en boca, a ras de encía. Esta técnica evita una segunda intervención quirúrgica, ya que una vez terminado el tiempo de curación tan solo tendríamos que desconectar ese pilar para poder acceder al implante y confeccionar la prótesis a medida.
Siempre y cuando haya estabilidad del implante y no exista ningún factor negativo, como tabaco o apoyo de prótesis, no hay diferencias en cuanto a éxito entre una técnica y otra.
2. IMPLANTE INMEDIATO POST-EXTRACCIÓN
Muchas veces nos encontramos pacientes que por motivos estéticos, de tiempo o aprensión, nos vemos obligados a poner implantes en el mismo momento que hacemos la extracción de un diente no reparable.
Esto es posible si tenemos hueso suficiente para poder estabilizar un implante, independientemente de que el diente a extraer este infectado, siempre y cuando se realice un tratamiento adecuado de disminución de la infección antes y durante el tratamiento.
En estos casos debemos hacer técnicas de regeneración, para rellenar el espacio que pueda quedar, debido a las diferentes dimensiones entre el implante y la raíz que hemos extraído.
Lo que siempre tenemos claro es que a los pacientes no les gusta verse sin dientes y por eso, si es un sector estético, podemos hacer una provisionalización inmediata sujeta al mismo implante o pegando un diente provisional a los dientes adyacentes.
3. IMPLANTE CON CARGA INMEDIATA O PROVISIONALIZACIÓN INMEDIATA:
Este punto es el que más controversias nos plantea en la clínica dental. La publicidad sobre los implantes en televisión, redes sociales o internet puede crear falsas esperanzas a los pacientes.
Cuando colocamos un implante necesitamos que éste se quede retenido físicamente gracias al diseño del implante. Este es el motivo porque actualmente se estén eligiendo los implantes cónicos roscados.
Esa estabilidad mecánica que consigue el implante, se va perdiendo progresivamente conforme van pasando los días a partir del quinto día.
Pero el cuerpo humano es muy inteligente, y manda células creadoras de hueso u osteoblastos, que se pegan a la superficie rugosa del implante y generan nuevo hueso para que se produzca una nueva unión físico-biológica llamada osteointegración.
El momento más crítico o de menor retención del implante en el hueso es entre las 2 y las 6 semanas, donde se puede producir un error en la curación por micromovimientos y se produzca un fracaso o pérdida del mismo, es lo que vulgarmente se denomina “rechazo”.
Ya sabes cómo se produce la unión al hueso y el principal motivo de fracaso de un implante, que no supera el 2%, según estudios. Ahora comprenderás mejor en qué consiste la provisionalización y la carga inmediata.
Podemos colocar una corona provisional en un implante que acabamos de poner, si éste está suficientemente estable en el hueso, aunque dependerá de cuántos dientes vayamos a reponer.
En caso de reponer uno o varios dientes, se puede poner un provisional, pero no es aconsejable que la corona provisional choque con los dientes contrarios, ya que se verían sometidos a ciertos movimientos y causarían el fracaso del implante. En cambio, cuando reponemos todos los dientes en forma de herradura, sí pueden contactar, ya que la unión entre todos los implantes disminuiría esos micromovimientos causantes de los fracasos.
En la clínica dental Vélez & Lozano de Murcia contamos con un equipo encabezado por el Dr. Fernando García Vélez, especialista en implantología dental, y con cientos de casos tratados con éxito. Puedes llamarnos al 968 28 46 28 o pedir tu cita en https://velezylozano.com/cita-online/
Y si tienes alguna duda o pregunta, puedes hacerla llegar a través del correo; pacientes@velezylozano.com