Existen muchos mitos acerca de la edad de empezar un tratamiento de ortodoncia.
Los más extendidos son que la ortodoncia se pone cuando los niños cumplen 13 años o “a ortodoncia se pone cuando ya no quedan dientes de leche, pero como podréis imaginar no es del todo cierto. De hecho ante la pregunta “¿cuál es la edad más adecuada para poner ortodoncia?” la respuesta más correcta es: depende.
Los niños en su etapa de desarrollo pueden experimentar cambios en la mordida y en muchas ocasiones se deben a la forma de tragar (deglución atípica) o de respirar (vías aéreas estrechas).
Estos cambios pueden influir en el desarrollo óseo. Si estos se mantienen durante largos periodos de tiempo es posible que no lleguemos a tiempo para resolverlos, de tal manera que para lograr una solución completa deberíamos recurrir a la cirugía en edad adulta.
Un claro ejemplo es el de los pacientes que presentan “respiración oral” (respiración por la boca). Estos pacientes sitúan la lengua en una posición baja, cuando debería situarse en el paladar. Esto hace que durante el crecimiento, el paladar no se desarrolle y quede estrecho en relación a la mandíbula, causando una malocusión cada vez más frecuente: la mordida cruzada.
En un paciente con mordida cruzada, los molares superiores se sitúan por dentro de los molares inferiores, cuando deberían estar por fuera.
Debido a esto, los pacientes mastican únicamente por un lado, de manera que la mandíbula no se desarrolla de forma simétrica. Este desarrollo provocará anomalías de tamaño y función en la mandíbula, así como asimetrías faciales y problemas estéticos.
Normalmente, estos casos deben diagnosticarse a partir de los 4 años, de manera que actuamos de forma temprana para “redirigir” el crecimiento de la mandíbula en la dirección correcta, evitando así una cirugía innecesaria.
Como veis, la ortodoncia no sirve únicamente para enderezar dientes. También podemos resolver problemas que podrían tener efectos negativos en el paciente de por vida.