No pretendo sonar alarmista al usar un título como este para nuestro post de hoy. Sin embargo, mi experiencia como higienista en la clínica dental Vélez y Lozano me ha llevado a descubrir que, por desconocimiento o desidia, una mayoría de nuestros pacientes repiten día a día varios hábitos que dañan su salud dental.
Por ello escribo estas líneas, para así instruir a nuestros lectores hacia prácticas más saludables y tratar de que abandonen estos comportamientos nocivos de una vez por todas.
1. USAR PASTA DE DIENTES SIN FLÚOR
Las pastas de dientes deben contener flúor en una cantidad recomendada por los profesionales de la odontología, como así ocurre con la mayoría de las que se comercializan de forma legal. Pese a que esto es un principio científico incuestionable, la tendencia comercial que vivimos hacia lo ‘naturista’ ha llevado a varias marcas a fabricar pastas de dientes sin contenido en flúor, una opción a la que solo deben optar aquellos a los que les sea recomendado por un especialista.
Sobre la dosis adecuada y la diferencia de la misma entre un adulto o un niño, podéis consultarlo aquí.
2. NO USAR HILO/SEDA/ARCO DENTAL
Son muchos los pacientes que no utilizan el hilo dental, o cualquiera de sus variantes, creyendo que las cerdas del cepillo tienen la capacidad suficiente para eliminar los restos de comida de entre los dientes. Nada más lejos. De hecho, acumular esta clase de restos provoca la aparición de las llamadas caries interdentales, que pueden llegar a afectar a dos piezas.
Por eso, si por falta de tiempo, rutina o simplemente por pereza no los estás usando, debes saber que tu higiene dental es deficiente.
3. ABRIR LAS COSAS CON LA BOCA
Todos somos conscientes de que no es precisamente lo mejor que podemos hacer por nuestros dientes, pero aún así seguro que lo hacemos. De hecho, es algo que muchísima gente hace sin tan siquiera darse cuenta, y así no solo podemos dañar los dientes, si no que también podemos perjudicar a la encía y al resto de mucosas que nos encontramos en la boca.
4. APRETAR AL CEPILLAR
Otro problema que solemos ver en la clínica. Y es que inconscientemente es relativamente habitual asociar limpiar nuestros dientes con limpiar, por ejemplo, una camiseta. ¿Cómo lo harías? Frotando con fuerza, ¿no? Sin embargo no podemos hacer esto con nuestros dientes, ya que puede crear recesión, sensibilidad y sangrado de encía.
El cepillado debe ser un acto consciente, en el que midamos la presión que aplicamos en cada momento. Para ayudarnos a controlar esto, podemos valernos de cepillos de cerda suave o medio-suave, que no nos darán esa sensación de fricción a la que estamos acostumbrados, pero retirarán la placa de igual manera, cuidando nuestra encía y dientes.
5. MAL USO DE CEPILLOS INTERPROXIMALES
No basta con usar herramientas para la limpieza de las zonas interdentales, si no que además hay que usarlas de forma correcta. Con los cepillos interproximales se llevan a cabo, en ocasiones, un par de errores que pueden llegar a perjudicar nuestra salud bucodental. El primero sería forzar la entrada del cepillo en la zona interdental. Si lo hacemos, con el tiempo, vamos a provocarnos una recesión de la encía en esa zona. La entrada debe ser suave y, para facilitarlo, existen diferentes medidas de cepillos interproximales.
6. BICARBONATO O CARBON ACTIVO AL CEPILLAR LOS DIENTES
Ni el bicarbonato ni el carbón activo blanquearán nuestros dientes, de hecho, acabarán erosionando nuestro esmalte, dejando al descubierto la dentina, que es de color amarillento, por lo que ocurrirá precisamente lo contrario. Además, cepillarse con estos ingredientes puede causar sensibilidad o retracción de la encía.
7. MASCAR CHICLE EN EXCESO
El uso excesivo de la goma de mascar o chicle acarrea dolores en la articulación de la mandíbula, efecto laxante y desgaste dental.
Si mascas chicle o tomas caramelos de forma frecuente porque sientes que tienes mal aliento, no olvides llevar una buena higiene y siempre cepillar la lengua.
8. MOJAR EL CEPILLO ANTES DE CEPILLAR LOS DIENTES
En realidad, no es necesario mojar el cepillo antes de usarlo, pero es un gesto muy extendido debido a que puede generar una sensación áspera en nuestra boca. Por este motivo también es común mojarlo una segunda vez cuando aplicamos el dentífrico, algo que, a no ser que venga indicado por el fabricante, tampoco es necesario.
9. CONSUMO EXCESIVO DE BEBIDAS CARBONATADAS
La gran mayoría de refrescos tienen una alta cantidad de gas carbónico, lo que provoca que tengan burbujas (de ahí que se llamen bebidas carbonatadas), lo que afecta de forma negativa al esmalte, causando erosión.
Además, si contienen azúcar o cafeína (como es habitual), el daño a los dientes se multiplica.
10. EXCESO DE PASTA DENTAL
La cantidad de pasta que debemos usar los adultos no debe de exceder el tamaño de un guisante. El excedente de pasta solo genera espuma y con ello una errónea sensación de limpieza rápida, provocando que el cepillado dure mucho menos tiempo de los 2 minutos que debe durar.
Aclarar que el uso de colutorio, si éste no es prescrito por tu dentista derivado de alguna afección dental, no sustituye ni al cepillado ni el uso de hilo/seda. Es mas bien un complemento.
BONUS: MORDERTE LAS UÑAS
¿Has leído nuestro artículo sobre cómo morderte las uñas genera caries?
Autor: Jacobo Martínez