Muchos pacientes de Murcia capital y de otras partes del mundo se someten, cada vez más, a tratamientos para recuperar sus dientes perdidos a través de prótesis dentales de larga duración, superando el miedo a la intervención quirúrgica para la implantación de tornillos de titanio médico en el hueso de su maxilar o mandíbula.
El miedo a lo desconocido es uno de los mayores factores de rechazo a la hora de tomar una decisión. En esta entrada vamos a describir brevemente en qué consiste este tipo de tratamiento para conseguir acercarlo a aquellas personas que estén pensando en reponer alguna de sus piezas mediante esta técnica.
Se trata de un procedimiento realizado con anestesia local, de forma que no produce dolor durante la intervención, ni tampoco durante el postoperatorio, ya que se produce una escisión controlada de forma que con un adecuado tratamiento farmacológico las molestias cuando termina el procedimiento son mínimas.
Los pasos para colocar un implante dental son los siguientes:
1- Diagnóstico, estudio y planificación, para lo que suelen ser necesarias pruebas radiológicas en tres dimensiones (tipo iCAT)
2- Preparación de un campo estéril, importante para garantizar que la zona de trabajo está libre de contaminación
3- Relajación del paciente, utilizando en los casos necesarios sedación con fármacos u óxido nitroso, en aquellas clínicas que dispongan de tecnologías de sedación ligera
4- Anestesia de la zona a tratar, mediante un pequeño pinchazo que puede disimularse aplicando antes un spray de frío o un gel anestésico.
5- Preparación de la zona receptora:
- Incisión mínimamente invasiva, de forma que en muchos casos no es necesaria la utilización de puntos una vez finalizado el proceso.
- Preparación del lecho implantológico (un pequeño agujero dentro del hueso que hay bajo la encía), siguiendo un protocolo de fresado estandarizado a bajas revoluciones, en función del tipo de implante y sus dimensiones, minimizando el trauma óseo
- Control radiológico durante y una vez colocado el implante
- Colocación de una prótesis provisional o un pilar provisional de cicatrización para que se produzca una ‘chimenea’ de encía, a través de la cual saldrá la futura prótesis, siempre que sea posible, eliminando una segunda intervención.
- Puntos de sutura, en los casos que sea necesario
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Una vez colocado el implante, éste debe cicatrizar. El proceso durará 3 meses a nivel de mandíbula y 4 meses en el maxilar, siendo este el sistema ideal para mejorar la tasa de éxito de la osteointegración del implante, aunque también puede colocarse la prótesis sobre el mismo inmediatamente.
En este sentido, conviene señalar que los implantes dentales se unen al hueso a través de un proceso fisiológico llamado osteointegración. La osteointegración fue descubierta por el Dr. Brânemark y consiste en “un proceso en el que una fijación rígida de material aloplástico, clínicamente asintomática, es conseguida y mantenida en hueso durante una carga funcional”(Zarb GA, Albrektsson T. Osseointegration: a requiem for the periodontal ligament? Int J Periodont Rest Dent.1991;11:88-91), siendo frecuente encontrar un fenómeno similar que en casos de implantación de prótesis de titanio en otras partes del cuerpo, como la rodilla o la cadera.
La planificación del proceso depende de varios factores, como son:
1.- Cantidad y calidad de hueso
2.- Cantidad de encía masticatoria
3.- Número de implantes
4.- Localización
5.- Importancia estética
6.- Ligados al paciente: apertura, enfermedades, hábitos…
De modo que, ante una situación de este tipo, lo importante es acudir a profesionales experimentados en implantología y rehabilitación protésica que sepan planificar adecuadamente un caso para conseguir los mejores resultados, sin que el paciente tenga que sentir molestias algunas durante todo este proceso de volver a disfrutar de dientes para poder volver a masticar como hace años y sonreír en cada momento de su vida.