Actualmente vivimos en una sociedad donde el grueso de la pirámide demográfica se sitúa en torno a los 40-60 años. A pesar de esto, el número de pacientes con pérdida total de los dientes de una arcada se ha reducido a cifras casi despreciables en comparación con dos décadas atrás, siendo las ausencias o pérdidas de dientes aislados el motivo principal de reposición protética.
Suelen ser los primero molares los dientes más comúnmente afectados por caries, tratamientos endodónticos o problemas periodontales, lo que obliga a su pronta extracción.
Estos dientes son importantes no solo en la masticación, sino también en el mantenimiento de la dimensión de la altura del tercio inferior de la cara y el correcto engranaje dental.
Es por ello, por lo que el dentista que le explore siempre aconsejará reponer las piezas perdidas. Actualmente disponemos de múltiples métodos protésicos, siendo en el caso de las perdidas unitarias los puentes fijos y los novedosos implantes dentales los más aconsejados.
No obstante, la vida media de los implantes es mayor a la de los puentes, situándola casi en el doble (20/10 años según autores como Misch) ya que estos últimos además de dañar con la preparación los dientes pilares, suelen ser susceptibles caries, endodoncias y aumento de la movilidad por carga excesiva, produciendo en último grado la pérdida del diente pilar y, por lo tanto, el puente en cuestión.
Como resumen, remarcar la importancia de reponer los dientes perdidos siendo lo menos agresivos posibles con las estructuras orales y dejándose aconsejar siempre por su dentista de confianza, ya que cada caso es individual y requerirá un tratamiento específico.