Ya hemos hablado en artículos anteriores de la importancia de intervención temprana y la ortopedia en los casos en los que es necesaria una disyunción palatina para evitar la mordida cruzada.
Y es que estas mordidas cruzadas pueden generar apiñamiento dental y maloclusiones que acaben derivando en desviaciones mandibulares o trastornos del sistema articular.
Sin embargo, hoy vamos a abordarlo desde la perspectiva contraria porque…
¿Qué ocurre si no se trata la mordida cruzada a tiempo?
Hasta los 12 años aproximadamente se puede conseguir esta expansión del hueso maxilar sin mayores complicaciones, debido a que la sutura palatina -la que se encuentra en mitad del paladar- nos permite separarla y que se forme nuevo hueso. Sin embargo, a partir de los 12 años la expansión es más impredecible y el tratamiento en adultos tiene una serie de diferencias con respecto al de los niños en edad de crecimiento, ya que el hueso maxilar ya está formado, las suturas son más duras y es más complicada la expansión del paladar.
Llegados a estos casos en los que por el motivo que fuera no ha sido posible el tratamiento temprano, la forma tradicional de solucionar este problema en adultos ha sido la cirugía SARPE (Surgically Assisted Rapid Palatal Expansion). Se trata de una expansión rápida a través de una cirugía ortognática del maxilar. Es un tratamiento efectivo pero invasivo para el paciente, que debe pasar por quirófano, con los riesgos asociados a estas intervenciones y la recuperación posoperatoria que conlleva.
Sin embargo, la ciencia avanza, como nos gusta repetir en este blog y todas sus ramas lo hacen con ella. La ortodoncia, por supuesto, no se queda atrás y en los últimos años ha aparecido una innovación denominada MARPE.
¿Qué es el MARPE y cómo funciona?
El MARPE, siglas de Microimplant Assited Rapid Palatal Expansion, se basa en un aparato o dispositivo que se fija al paladar mediante microtornillos. Este dispositivo nos permite aplicar las fuerzas necesarias para expandir un maxilar adulto, ya que los microtornillos van anclados directamente al hueso, en lugar de a los dientes, como en el caso de los disyuntores palatinos usados en ortopedia. Esto nos permite generar mayor fuerza sin temor a dañar los dientes y resulta menos invasivo que una intervención quirúrgica.
Con respecto a su funcionamiento, lo primero que necesitamos para un tratamiento con MARPE es, aunque parezca una obviedad, fabricar el aparato. Cada uno es único y adaptado a la anatomía ósea del paciente, por lo que requiere de la realización de una radiografía CBCT y un escaneado en 3D que permita fabricar el aparato MARPE necesario. Después, es necesario fijarlo. Mediante anestesia local se fija al paladar a través de 2 a 4 minitornillos guiados según la planificación digital.
Una vez fijado, el paciente realizará las activaciones desde casa durante el tiempo acordado con la ortodoncista. El aparato se activa girando un tornillo, de forma que el paladar se ensancha suave y progresivamente. A medida que el paladar comience su expansión, el paciente lo notará por la aparición de un pequeño diastema entre sus incisivos centrales, además de una mejora en la respiración nasal debido a la ampliación de las fosas nasales.
El MARPE se mantendrá en el paladar durante 6 meses aproximadamente, tiempo necesario para que se genere nuevo hueso en el espacio creado en el paladar.
En resumen, la técnica MARPE constituye una alternativa para pacientes con defectos transversales que han culminado la etapa de crecimiento, consiguiendo evitar la necesidad de someterse a un tratamiento quirúrgico y las complicaciones que esto conlleva.