En ocasiones recibimos en nuestra clínica dental en Murcia a pacientes preocupados porque les ha aparecido un bulto de forma repentina en la cavidad bucal y temen que pueda ser indicativo de cáncer oral.
Una vez en consulta, y tras la radiografía pertinente que así lo atestigue, nos percatamos de que son en realidad excrecencias óseas, es decir, que están formados por hueso, y a esto se le conoce comúnmente como torus. De origen desconocido y crecimiento lento, a veces se localizan en el rafe medio del paladar o en la zona interna de la mandíbula, aunque también pueden presentarse cerca de las coronas dentales hacia la mejilla, y en ocasiones incluso hacia los labios.
Los torus, que son benignos y rara vez se malignizan, pasan desapercibidos para el paciente hasta que alcanzan cierto tamaño.
Sin embargo, es importante destacar que estos bultos, comúnmente conocidos como torus, son excrecencias óseas de origen desconocido y crecimiento lento. Aunque a veces se localizan en el rafe medio del paladar o en la zona interna de la mandíbula, también pueden presentarse cerca de las coronas dentales hacia la mejilla, y en ocasiones, hacia los labios.
Los torus son benignos y rara vez se malignizan, pasando desapercibidos hasta alcanzar cierto tamaño. La prevalencia del torus es de 27 casos cada 1000 adultos, lo que supondría un 2,7% de la población, siendo más prevalentes en mujeres. Aunque afectan a todas las razas, estadísticamente los indios americanos, los asiáticos y los esquimales son más propensos a desarrollar estas protuberacias óseas.
El crecimiento de los torus es gradual, comenzando en la adolescencia y alcanza su madurez en edades más avanzadas. La forma típica suele ser lobulada, multilobulada o unida. Aunque su origen suele ser genético y en muchos casos desconocido, se ha observado una mayor incidencia en pacientes con hábitos de apretar o rechinar los dientes conocido como bruxismo. Estos microtraumas pueden generar fracturas o reacciones de protección por parte del hueso, dando lugar a la formación de estos bultos.
Al tener un caracter benigno, no suelen extirparse, pero sí que hay situaciones en las que se recomienda intervenir:
- Problemas con prótesis: Si los torus obstaculizan la colocación de prótesis dentales debido a su diseño o pueden causar molestias en el futuro.
- Estética dental: En casos donde los torus son visibles y afectan la estética, especialmente en pacientes que muestran mucha encía al sonreír.
- Dificultades en el habla: Si los Torus interfieren con la capacidad de hablar correctamente.
- Problemas relacionados con la higiene dental: Cuando la forma lobulada de los torus dificulta la higiene dental, provocando la retención de alimentos y mal aliento.
- Úlceras espontáneas: En casos raros, si los torus se ulceran de manera espontánea debido a la presión en mucosas finas o roces al comer.
- Malignificación: Aunque es excepcional, en casos de malignificación.
Su intervención es bastante sencilla (aquí debajo os dejamos un ejemplo) y requiere tan solo de anestesia local, siendo el posoperatorio bastante sencillo.
En Vélez y Lozano, siempre recomendamos buscar a los mejores profesionales que puedan asesorar a los pacientes basándose en conocimientos actualizados y utilicen las últimas tecnologías para lograr resultados finales con mínima invasión. ¡Cuidar de tu salud bucal es nuestra prioridad!