¿Qué es una incrustación dental?
Si has llegado hasta aquí, probablemente es porque ya has leído la palabra incrustación en algún presupuesto o algún profesional te la ha mencionado y tienes varias preguntas que vamos a intentar resolver. Una incrustación es una forma de cubrir el diente de forma integral o parcial, para darle estabilidad y durabilidad a lo largo del tiempo. Con ella podemos restaurar el diente tanto a nivel funcional como estético. Proviene de un bloque fresado generalmente.
Es, además, un concepto que nos ayudará a transmitir cómo trabajamos en Vélez & Lozano y por qué lo hacemos de esa manera. Antiguamente, cuando un diente estaba lo suficientemente dañado (tampoco demasiado), lo más habitual era extraerlo. Sin embargo, con el tiempo la odontología ha ido apostando cada vez por métodos más conservadores.
Ahí es donde entra en juego la incrustación dental.
¿En qué casos usamos una incrustración?
Cuando un paciente llega a la clínica con un “diente partido” (según sus propias palabras), lo que cualquier dentista haría es buscar una caries, pues es el motivo más común por el que un diente puede sufrir una fractura. Y al pensar en una caries, lo normal es pensar en una obturación (o en un ’empaste’, mejor dicho), pero muchas veces, tras limpiar la caries, el diente que nos queda libre de infección es insuficiente para una vida funcional y normal, y es en este caso cuando entran en juego las incrustaciones.
¿Entiendes ahora por qué antes se extraían este tipo de dientes? No es porque los odontólogos buscasen no complicarse la vida y porque sacar la muela era mucho más sencillo, si no que no existía un modo de salvar un diente tan profundamente afectado.
En otras ocasiones, el diente que se ha partido, habitualmente por comer algo excesivamente duro o blando (en este último caso en realidad el diente ya estaba roto, pero se mantenía encajado, y al comer algo pegajoso las fuerzas de tracción consiguen sacar el ‘trozo’), porque ya está excesivamente restaurado. Un diente al que se le han practicado varios empastes por diferentes zonas, dejando paredes dentales muy finas que son propensas a romperse cuando las fuerzas de oclusión inciden, sobre todo si los empastes en los que aplican las fuerzas están viejos y defectuosos. Esto ocurre porque la dureza de un diente no es la misma que la del composite, por la que pasados unos años se acaban creando esos desajustes, ya que no se desgastan a la misma velocidad. Por ello, cuando un diente está excesivamente restaurado, también es ideal recurrir a una incrustación.
Otras veces, tras una endodoncia, ya sea porque va asociada a una restauración muy grande por caries o fractura o simplemente porque para poder realizar el propio procedimiento es necesario ‘quitar’ un trozo de diente sano, lo habitual es colocar una incrustación. En caso contrario, será difícil mantener la integridad del diente, debilitándose este mucho más y aumentando sus posibilidades de fractura tarde o temprano.
¿Y cómo se hace la incrustación?
Probablemente a estas alturas te preguntas qué es exactamente una incrustación. Es mejor que lo veas en este vídeo:
Como ves, la incrustación en sí misma es la pieza que rehabilita la zona que queda ausente en el diente una vez limpiada la caries. Pueden elaborarse en diferentes tipos de material: cerámica pura, cerámica con resina, cerámica con zirconio, resina pura…etc.
Ventajas de la incrustación
-Disminuye la posibilidad de fractura dental.
-Favorece la creación de buenos puntos de contacto en dientes excesivamente destruidos, cosa que con una obturación no siempre podemos hacer si es demasiado grande.
-Cuando es fresada de un bloque, tiene una dureza muy superior a la obturación convencional, así que aguanta más las fuerzas de masticación a lo largo del tiempo.
-El mimetismo que se consigue con el diente es espectacular.
-Es una opción más conservadora que las también habituales coronas, pues al ir adheridas casi como una obturación de composite, no es necesario reducir el diente más que para dejar espacio al grosor del material, que es mínimo.
¿Y por qué mi dentista me ha recomendado una corona en lugar de una incrustación?
A veces el diente está ya tallado por una corona previa, o está tan sumamente destruido, que la posibilidad de realizar una incrustación y que esta funcione a lo largo del tiempo sin dar problemas es inviable. En estos casos antes de extraer el diente a veces hay posibilidades también de restaurarlo con coronas o postes, aunque eso lo decide el dentista.