¿De dónde surge la respiración oral?: Un repaso evolutivo
La respiración oral es un hábito nocivo muy frecuente, tanto en adultos como en niños, y que genera una larga lista de repercusiones, como ya hemos tratado en anteriores artículos del blog. Esto se debe, sobre todo, a que biológicamente estamos preparados y predispuestos a respirar por la nariz, y el no hacerlo provoca que no se estimule el suelo nasal, no se ensancha el paladar y se queda muy estrecho, lo que provoca que cada vez sea más frecuente encontrar mordidas cruzadas en niños cuyas edades oscilan entre los 7 y los 9 años.
Todo esto se suma a que, evolutivamente, nuestra cara y nuestra boca han ido cambiando a lo largo de los siglos. En épocas anteriores, el apiñamiento dentario era mucho menos frecuente de lo que es actualmente, debido a que los maxilares y las narices eran más grandes, ya que se necesitaba masticar alimentos más grandes y duros que ahora. Esto se debe, fundamentalmente, a la industrialización del sector alimentario: nuestra comida es cada vez más procesada y blanda, lo que ha hecho prescindible la masticación enérgica y ha generado una disminución de las fuerzas ejercidas por la boca, lo que a su vez ha traído evolutivamente la consecuencia de unos maxilares más pequeños en los que el apiñamiento y las maloclusiones comienzan a ser más frecuentes.
Este estrechamiento de los maxilares conlleva a su vez una disminución anatómica de las vías aéreas, lo que provoca que la función respiratoria comience a ser más habitual por la boca que por la nariz, que se ha quedado estrecha.
Consecuencias de la respiración oral
La respiración oral es un hábito nocivo muy frecuente en adultos y niños que genera repercusiones como:
- Enfermedades respiratorias como el asma, la alergia o los constipados
- Alteraciones en el crecimiento y desarrollo del cráneo y de la cara tales como: caras alargadas, bocas entreabiertas, ojeras, pómulos aplanados, labio superior corto…etcétera
- Maloclusiones dentarias con incisivos muy proinclinados, mordida abierta anterior y/o mordida cruzada
- Trastornos del sueño: debido a que al dormir con la boca abierta y respirar por la boca, se reseca la garganta, lo que genera ronquidos y apneas del sueño. Todo esto conduce a un cansancio generalizado, una mayor propensión al estrés, la ansiedad o al déficit de atención
- Disminución de los niveles de oxigenación
Atajar la raíz del problema
Como el resto de sus homólogas científicas, la ortodoncia es una disciplina que ha empezado a apuntar hacia la prevención cuando aún esta es posible, de ahí la importancia de acudir desde edades tempranas a revisiones odontológicas.
Una rehabilitación temprana que nos enseñe a respirar bien, masticar correctamente y tragar del modo adecuado, tendrá enormes repercusiones no solo en la salud de nuestra boca, sino en la de nuestro cuerpo en general, por ello, con ayuda del ortodoncista, lo que buscamos es una correcta respiración nasal, una buena colocación de la lengua y una masticación bilateral y enérgica.
Dependiendo de la edad del paciente puede ser necesario complementar esta rehabilitación con tratamiento de ortodoncia u ortopedia (dependiendo de la edad).
Caso clínico
Un ejemplo práctico de lo que hemos contado: Una paciente de 25 años en tratamiento de ortodoncia invisible. Durante su cita de estudio y valoración pudimos comprobar que la paciente presenta incompetencia labial, lo que la lleva a respirar por la boca en lugar de por la nariz. Por eso, hemos decidido combinar su tratamiento tradicional con uno funcional que mejore su sellado labial. Lo hacemos mediante tiras adhesivas ‘Myotape’ de uso nocturno, además de ejercicios explicados por nuestra ortodoncista para ayudar a mejorar el sellado labial.