Las encías retraídas son un problema relativamente frecuente en las clínicas dentales, sobre todo en pacientes de determinada edad. Dichos pacientes acuden porque notan debilitamiento en el tejido blando que conforma las encías y como este ha ido reduciéndose, lo que va exponiendo una mayor parte del diente.
Esto, además de problemas estéticos, suele generar hipersensibilidad dental y, con el tiempo, provocará que los dientes se muevan o incluso lleguen a caerse.
Pero, ¿por qué ocurre la retracción de encías?
Son diversos los factores que pueden llevar a la recesión gingival, pero los más habituales son:
Enfermedad periodontal. Como ya sabemos, esta enfermedad produce la destrucción de los tejidos de soporte de los dientes (hueso, ligamento periodontal y encía). De hecho, uno de los signos característicos de esta patología y de los primeros en percibirse por los pacientes es la pérdida de encía.
Cepillado de dientes inadecuado. Una higiene dental con una técnica inadecuada, una fuerza excesiva y con un cepillo duro puede provocar retracción de encías. A veces, incluso cepillarse los dientes demasiadas veces al día puede provocarlo. Por ello, es recomendable que tu odontólogo o higienista supervisen tu técnica de cepillado y te ayuden a adquirir buenos hábitos de higiene. En pacientes que han sufrido ya retracción de encías, solemos recomendar el cepillo eléctrico con control de presión para evitar que la pérdida de encía aumente.
Tratamiento de ortodoncia. Cuando realizamos algunos movimientos y desplazamiento en los dientes, se puede producir una reabsorción de hueso en algunas zonas y, con ello, aparecer recesiones en la encía. Por ello, es muy importante la correcta planificación, estudio y seguimiento de cada caso mediante pruebas radiográficas y escáneres intraorales.
Bruxismo. Este hábito tan frecuente que consiste en apretar y rechinar los dientes produce el desgaste de los mismos. También es capaz de producir retracción de encías.
Frenillos. Si los frenillos labiales presentan una inserción en encía, pueden producir retracción gingival. En estos casos se eliminan mediante frenectomía para evitar que la recesión aumente. Suele ser más frecuente en el labio inferior.
¿Y qué podemos hacer para solucionarlo?
La encía es un tejido incapaz de regenerarse a sí mismo, por lo que una vez que se ha perdido tenemos que recurrir a tratamientos para conseguir recuperarla.
Sin embargo, no siempre es necesario recuperarla. Si la pérdida de encía no ha producido hipersensibilidad dental al paciente ni afecta a su estética de una forma verdaderamente notable, lo más habitual es limitarnos a tenerla bajo control y hacerle un seguimiento durante las revisiones.
El tratamiento de elección para la retracción de encías es la cirugía mucogingival. Consiste en tomar una pequeña cantidad de tejido de una zona donante, normalmente el paladar, e injertarla en la zona afectada mediante una cirugía bastante simple que habitualmente cubrirá el 100% de la recesión.