La anquiloglosia, comúnmente conocida como “Frenillo lingual”, es una anomalía del desarrollo de la lengua que se caracteriza por un frenillo lingual grueso y corto que limita los movimientos de la lengua (anquiloglosia parcial) o hace que ésta se encuentre fusionada completamente al suelo de la boca (anquiloglosia total).
Este problema comienza desde temprana edad, ya que muchos bebés son incapaces de ser amamantados debido a los limitados movimientos de la lengua. La intervención a tan temprana edad está más que indicada si existen problemas para la lactancia.
En los recén nacidos, el tejido del frenillo es sólo mucoso en la mayoría de los casos, no tiene tejido fibroso, por lo que el diagnostico y tratamiento precoz facilitan el procedimiento. El momento idóneo para realizarlo sería antes del año de vida, pero no antes de los 4 meses. El tratamiento es sencillo y con mínimas molestias para los bebés.
Si el diagnóstico se hace a una edad más avanzada, suele ser por problemas en el habla, ya que la anquiloglosia impide la pronunciación correcta de diversos fonemas. El tratamiento en este caso es también sencillo, pero debe ser acompañado por el tratamiento de un logopeda para reeducar el hablar.
¿Qué signos que indican un frenillo lingual corto?
- Dificultad para mamar
- No conseguir sacar la punta de la lengua más allá de los dientes
- Al levantar la lengua, ésta forma una “V” y cuando se intenta sacar fuera de la boca, adquiere una forma acorazonada.
- Pronunciación incorrecta de la “r”
El tratamiento en la clínica dental es rápido y los resultados son inmediatos, ya que el corte del frenillo o frenectomía libera la lengua en el momento en el que se realiza. No es necesario tratamiento antibiótico y para el post operatorio sólo se recomienda higiene oral adecuada, dieta blanda y analgésicos según la necesidad de cada paciente.