Como sanitarios, de vez en cuando tenemos que ofrecer alguna respuesta desagradable a nuestros pacientes, y como dentista experto en periodontitis en la clínica dental Vélez y Lozano, estoy más que acostumbrado a escuchar en el gabinete a los afectados por la enfermedad periodontal buscar y pedir una solución definitiva a su problema, pero por desgracia es algo que la ciencia actualmente no puede ofrecer. Al igual que tantas otras enfermedades, esta es una afección crónica que acompañará a quienes la sufren toda la vida. Sin embargo, no hay razón para el pesimismo, ya que, como muchas afecciones crónicas, con el control y el seguimiento de la misma, podemos conseguir mantenerla ‘a raya’ y minimizar su impacto en nuestra salud bucodental.
Pero antes de entrar en todo esto, como suele decirse, empecemos por el principio:
¿Qué es la periodontitis?
En realidad, aunque la gente las suele confundir, la periodontitis es la fase más avanzada de la enfermedad periodontal, que suele aparecer, mayormente, debido a una higiene bucodental deficiente, aunque también influyen numerosos factores, entre los que podríamos destacar el tabaco, la herencia genética o las enfermedades sistémicas como la diabetes.
La primera fase de la enfermedad periodontal es la gingivitis, que se caracteriza por la inflamación y el sangrado de las encías. Se produce por la acumulación de placa bacteriana que, de no ser eliminada correctamente, se acabará transformando en sarro o cálculo dental. Sin embargo, en esta primera fase inicial de la enfermedad, el paciente aún está a tiempo de ‘curarse’, puesto que, si se trata adecuadamente en el gabinete y se mantiene a raya tanto en la limpieza en casa como acudiendo de forma regular a las revisiones, la encía volverá a un estado saludable y no quedará ninguna secuela.
Sin embargo, si por el contrario el paciente continúa con sus malos hábitos, como por ejemplo el tabaquismo, y una higiene bucodental deficiente, o decide no acudir a sus revisiones habituales, la gingivitis irremediablemente avanzará a la periodontitis.
La periodontitis es una afección mayormente grave e irreversible. Según los datos que maneja la Organización Mundial de la Salud (OMS) afecta a un 10% de la población mundial, siendo el paciente tipo el de un adulto entre 35 y 44 años. Es el motivo principal de la caída dental en adultos debido a que provoca la destrucción progresiva de los tejidos de soporte de los dientes (encía, ligamento periodontal y hueso), lo que acaba provocando su caída.
Entonces… ¿no tiene cura?
No, lamentablemente la periodontitis no tiene cura como tal, pero eso no significa que un paciente periodontal esté avocado sin remedio a perder los dientes a edad temprana. En absoluto. Los pacientes periodontales deben realizarse revisiones y mantenimientos periódicamente para evitar que la enfermedad se reactive, pero pueden tenerla bajo control siempre y cuando respeten las pautas que les indique el profesional en el gabinete.
Con respecto al tratamiento en la clínica dental, la fase más básica consiste en realizar lo que se conoce como raspados. Un raspado consiste en limpiar y desinfectar las partes más profundas de la encía, algo para lo que es necesario la aplicación de anestesia local, para que así el paciente no refiera ni sensibilidad ni dolor.
Una fase más avanzada de periodontitis requerirá de cirugía específica en la zona. Estas cirugías, pese a lo que pudiera parecer, son poco invasivas pese a operar directamente sobre tejido blando y permiten, mediante visión directa, reparar y regenerar las zonas más afectadas por esta patología.
Por ello se insiste tanto en la prevención y el cuidado personal de la salud bucodental mediante el cepillado diario y el uso de herramientas auxiliares como el hilo dental. La mejor forma de luchar contra una futura periodontitis es no dar pie a sufrir la gingivitis que la genera, y para ello lo que debemos es ser escrupulosos con nuestra limpieza diaria y acudir regularmente a mantenimientos y revisiones.
Os invitamos, por tanto, a venir a la clínica a la menor señal de enfermedad periodontal, porque prevenir es más efectivo que curar.