La reciente entrevista de Miguel Bosé en ‘El Hormiguero’, el programa de televisión de Pablo Motos, puso en el candelero temporalmente los implantes dentales, aunque fuese de forma negativa.
Y es que en el espacio televisivo de Antena 3, el polémico (por quedarse corto) artista aseguraba que había perdido la voz por culpa de un implante dental. En concreto, Bosé afirmaba que fue gracias a una tomografía cervical que un médico le había diagnosticado una sinusitis que “bajó por la garganta, le afectó a la voz, bajó hasta los intestinos y vino el reflujo”. La relación entre el implante y la sinusitis la explicaba al afirmar que al ponerle el implante “taladraron el hueso y por ahí fueron entrando bacterias”.
Por eso, para hablar de si realmente es posible perder la voz por un implante dental y conocer las infecciones que pueden producirse en un implante y sus consecuencias, escribo este artículo. Sobre lo primero, aunque ya daré más detalles cuando lleguemos al apartado correspondiente, ya os adelanto que podemos afirmar casi con total rotundidad que no.
Infecciones e implantes
Lo primero que debemos hacer es diferenciar las infecciones por su tiempo de aparición: temprana o tardía, ya que en base a ello podremos identificar su causa casi con total seguridad.
Infecciones tempranas
Si la infección se produce en los primeros días tras la cirugía, el implante es insalvable y deberá repetirse tras la explantación temprana del mismo. Teniendo en cuenta que la literatura científica apunta a un 2% de tasa de rechazo de implantes, nos podemos imaginar lo poco frecuente que es este tipo de infección, que suele ocurrir en pacientes muy fumadores o con diabetes mal controladas.
Infecciones tardías
Este tipo de complicación es algo más frecuente y se debe, en gran medida a la higiene del paciente a la hora de mantener el implante. Porque, recordemos, que lo que se infecta es el tejido que sostiene al mismo. El ‘problema’ con los implantes dentales es que, a diferencia de otras prótesis de titanio que se introducen en el cuerpo humano, quedan expuestos a través de la corona, lo que obliga a unas pautas de higiene específicas para prevenir la inflamación, que no todos los pacientes cumplen.
Y es ahí cuando aparece la infección que, al igual que con la enfermedad periodontal ‘básica’, podemos dividir en dos fases: una reversible y otra irreversible.
Mucositis periimplantaria (reversible)
Sería la homóloga de la gingivitis si hablamos de enfermedad periodontal. Es una lesión reversible que, como esta, no ha llegado a afectar al hueso. De hecho, se calcula que puede llegar a afectar a un 30% de los pacientes con prótesis. Se produce cuando los tejidos blandos que rodean al implante se inflaman y se cura en cuanto se elimina la placa y se mantiene en buen estado de higiene el implante de forma sostenida.
Periimplantitis
Por su parte, la periimplantitis sería la fase irreversible de esta enfermedad. Las bacterias ya han producido pérdida del hueso de alrededor del implante y muchas veces la solución pasa, para resignación del implantólogo y del propio paciente, por quitar el implante y volver a colocar otro nuevo si se puede.
Esto se debe, fundamentalmente, a que, si las bacterias han penetrado en las microrrugosidades del implante, éstas no son accesibles con ningún instrumento. Por eso, se realiza una cirugía de acceso para limpiar por completo el implante y eliminar la totalidad de las bacterias en el interior de la encía.
Posteriormente hay que reconstruir la zona dañada, lo que en ocasiones implica hacer un injerto de hueso.
Pero, ¿y Miguel Bosé?
Como veis, estas infecciones que aquí hemos descrito, poco o nada tienen que ver con el caso de Miguel Bosé, pero no quería dejar pasar la oportunidad de hablar sobre las infecciones que sí son realmente frecuentes en un implante dental.
En lo tocante a las posibilidades de perder la voz a consecuencia de un implante dental, desde que comenzase a estudiar la carrera de odontología hasta el día de hoy, en el que ya he colocado más de 5.000 implantes con éxito, jamás había tenido conocimiento de nada parecido, ni por experiencia propia, ni de compañeros, ni en la literatura científica que consulto desde hace décadas.
Por tanto, aunque no pretendo desacreditar ni a Bosé ni al médico que realizase su diagnóstico, es como mínimo improbable perder la voz por ponerse un implante dental.