Todos conocemos personas que nos han hecho comentarios como “yo no puedo llevar implantes, porque los rechazo”. Sin embargo, el término ‘rechazo’ aplicado a los implantes dentales es incorrecto.
Sí es cierto que existe la posibilidad de que el implante no se integre en los tejidos óseos, aunque se suele deber más a causas como sobrecalentamiento del hueso, falta de irrigación durante la cirugía, contaminación bacteriana, o de cicatrización como micromovimientos excesivos. En estos casos, los implantes no son anclados por una capa ósea sino fibrosa, no apta para recibir las fuerzas masticatorias.
No obstante, según diferentes autores, la tasa de éxito suele rondar el 98, siempre y cuando no se añadan otros factores como extracción dental y colocación del implante en la misma sesión, o provisionalización y/o carga inmediata, reduciéndose en estos casos la tasa de éxito en un 24%.
Quitando estos casos de problemas de integración ósea por “mala curación”, los implantes dentales de titanio médico, funcionan correctamente en la gran mayoría de los casos gracias a la propiedad del titanio de oxidación de la capa superficial sin desprendimiento del resto de estructura tal y como se muestra en el vídeo a continuación:
Por tanto, como vemos, los implantes dentales son una excelente fórmula para rehabilitar la masticación y la sonrisa, siendo recomendable acudir a profesionales experimentados en su colocación, con formación de postgrado en periodoncia y cirugía oral reconocida.