Las bebidas azucaradas son uno de los cambios más recientes en la dieta de todo el mundo, resultando que, a pesar de que la OMS recomienda un consumo máximo de 50 gramos de azúcar, muchos adultos superan este umbral ¡únicamente con su consumo diario de bebidas!
A pesar de que pueden resultar inofensivas, el consumo diario de estas bebidas puede conducir a un adulto a sufrir mayor riesgo de desarrollar diversas patologías, como la osteoporosis, debida a una reducción de la densidad de su masa ósea, algo especialmente importante en el caso de mujeres, más propensas a padecerla.
Igualmente, los estudios muestran un aumento del 22% del riesgo de padecer diabetes de tipo II con un consumo de una lata de refrescos al día, así como de sufrir infartos de miocardio y otras enfermedades cardíacas.
Por si esto fuera poco, los estudios muestran como un consumo de un refresco azucarado al día, añadido a una dieta convencional, supone engordar 6,75 kilos al cabo de un año, y es que tomar dos de estos al día equivale, al cabo de un año, a más de 23 kilos de azúcar.
Además de todo esto, desde el punto de vista de Vélez y Lozano, referido a patologías bucodentales, este tipo de bebidas producen un aumento considerable de la erosión y pérdida de esmalte, así como de caries, por lo que es importante valorar si su consumo dentro de nuestra dieta diaria es excesivo para poder controlarlo antes de que los problemas derivados de éstos sean excesivos.