María Dolores representa a un paciente muy habitual en los tratamientos de carillas dentales: personas que quieren rejuvenecer su sonrisa. Nuestro compañero Diego, que realizó su caso, nos cuenta un poco más.

José Antonio se decidió a llevar ortodoncia al enterarse de la revolución que ha supuesto la ortodoncia invisible porque, como tantos otros pacientes, no quería llevar “hierros”. Tras quedar encantado con el proceso y el resultado de su tratamiento, decidió que quería dar un paso más y se decidió por las carillas de porcelana.

Marian tenía claro que quería carillas de porcelana. Era paciente nuestra desde hacía unos años, cuando quedó encantada tras acudir de urgencia recomendada por su madre. Su nueva sonrisa habla por sí sola, pero ella también tiene algo que aportar.

Begoña sabía que necesitaba ortodoncia, pero no quería usar brackets. Le parecían anti-estéticos, dolorosos e incómodos. Por eso, cuando una compañera de su trabajo le habló de la ortodoncia removible y vio sus resultados, no se lo pensó: vino a Vélez y Lozano a por su plan de tratamiento. Apenas unos días después, comenzó la ortodoncia. Dos años y medio después de sus primeros alineadores, esta es su sonrisa.