La RNO y su papel en la odontología

La Rehabilitación Neuro-Oclusal (RNO), aunque ahora está especialmente en tendencia, sobre todo gracias a las redes sociales, es una técnica desarrollada por el Dr. Pedro Planas en 1962. El Dr. Planas intentó dar una respuesta funcionalista a todas las maloclusiones que se pueden encontrar en los pacientes de ortodoncia. Para ello intentó tener una visión completa acerca del por qué y el cómo se desarrollaban todas las discrepancias a las que luego se daba solución con aparatología en aquella época.

Con este interés en mente, hace una exhaustiva investigación en la que estudia centenares de casos en lo tocante a su oclusión, algo que podemos encontrar en su libro Rehabilitación Neuro-Oclusal (RNO) publicado por primera vez en 1987.

La odontopediatría, la ortodoncia, la odontología conservadora, la periodoncia y la prostodoncia son especialidades todas ellas con un denominador común para el Dr. Planas y la Rehabilitación Neuro-Oclusal: el equilibrio oclusal.

Según esta teoría, casi todos los problemas de desarrollo de los maxilares empiezan a edades muy tempranas como producto de funciones primarias no instauradas de forma satisfatoria (succión, respiración o deglución, por ejemplo) que, al no resolverse y verse prolongado en el tiempo, da lugar a su vez a una serie de malos hábitos más nocivos como las masticaciones unilaterales, la respiración oral o la posición de la lengua más adelantada, que desequilibran por completo como hemos dicho el estímulo adecuado de crecimiento de los maxilares y acarrean las maloclusiones que vemos cada día.

Todos estos malos hábitos se ven también influidos por el estilo de vida moderno, con una dieta demasiado blanda y procesada que no permite un buen desarrollo de los maxilares, problemas respiratorios por alergias y cuestiones ambientales que no facilitan una respiración fisiológica ‘normal’ o unas lactancias cada vez más complicadas por conciliación o decisión personal de la madre.

Lo que buscamos con la terapia RNO es que estas funciones básicas estén bien instauradas desde pequeños, para poder evitar así lo máximo posible maloclusiones futuras. ¿Cómo? Pues por ejemplo, educando a los pacientes para que deglutan de forma correcta o mantengan una respiración nasal adecuada o indicando a los padres la importancia de introducir una dieta lo más dura, seca y fibrosa posible. Como os podéis imaginar, este tipo de correcciones deben de darse lo antes posible, si tratamos en edades tempranas evitaremos tener que hacerlo en otras más complicadas, como podrían ser aquellas que van comprendidas entre los 12 y los 18 años.

También se producen invervenciones mínimamente invasivas y muy sencillas, como las pistas directas, tallados selectivos o aparatología para dar la forma y la función correcta.

En resumen, los beneficios de la Rehabilitación Neuro-Oclusal no se limitan a la cara y a los dientes. Se dirigen sobre todo a crear una función respiratoria, masticatoria, fonatoria y deglutoria correctas. Favorecer un buen desarrollo de la mandíbula y del maxilar, proporcionar a la lengua más espacio (favorece la deglución correcta) y aumentar el paso del aire por la nariz y la garganta, entre otros. Algo que hay que hacer de manera multidisciplinar y para lo que conviene relacionarse con otra serie de profesionales que nos ayuden a facilitar este cambio, por ejemplo, un logopeda.

Además, su uso no se limita exclusivamente a los niños, si no que en pacientes adultos puede corregir problemas articulares (disfunción de la articulación temporo-mandicular), problemas periodontales o incluso problemas protésicos mediante el tallado selectivo, eliminando interferencias o prematuridades en la oclusión que son consecuencias de la falta de equilibrio en la boca.

La respiración nasal, en pacientes de cualquier edad, ayuda a prevenir las enfermedades de oídos, nariz , garganta ,evita problemas en el sueño (apneas ,etc), favorece la secreción de hormona del crecimiento…

Podríamos concluir, por tanto, que el objetivo principal de la RNO es el de recuperar el equilibrio en nuestra boca. Para que todo esté en perfecto equilibrio cuando la cerramos o mordemos, evitando así muchos de los problemas futuros que pudiesen generarse, pero que este camino nos ha llevado (y nos llevará) más allá.

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