Mi hijo no quiere cepillarse los dientes, ¿qué hago?

Como odontopediatra, suelo escuchar de forma más o menos repetida los mismos problemas por parte de los padres en el gabinete. Y, sobre todo a edades más tempranas y por parte de padres primerizos, suelo escuchar: ¿Cómo consigo que mi hijo se cepille los dientes?

Y es que la falta de rutina, la pereza pero sobre todo su temprana edad, hacen que nuestros hijos no comprendan la importancia del cepillado dental. Son muchos los niños a los que no les apetece, no les gusta e incluso se niegan activamente a dejarse cepillar.

Por ello, hoy quiero ofreceros una serie de consejos para simplificar este tipo de problemas y mantener así una higiene bucodental perfecta que evite la aparición de caries.

Al final el más importante de los consejos es dar ejemplo. A edades tan tempranas los niños suelen imitar a su entorno, así que si ven que tras cada comida sus padres y hermanos se cepillan los dientes con total naturalidad, como algo más, ellos también querrán hacerlo y adquirirán el hábito.

Consejos para cepillar los dientes a tu hijo

En torno a los 6 meses de edad, comenzarán a erupcionar los primeros dientes inferiores, aunque cada niño es un mundo y esto podría adelantarse o retrasarse. Cuando estos hagan su aparición debemos comenzar a cepillarles dos veces al día con una pasta de 1000ppm y la cantidad indicada según la edad, que podéis consultar en la siguiente imagen:

De 6 meses de vida hasta 1-2 años

Podemos cepillarles los dientes tumbados en el cambiador o en la cama con ayuda de otra persona. Uno cogerá las manos y el otro cepillará con una mano y levantará el labio con la otra para asegurarnos de que no quedan restos de comida.

Puede que las primeras veces llore hasta que se habitúe a este procedimiento. Por ello, debemos ser pacientes. Además, para ayudar a calmar el llanto podemos servirnos de los juguetes que usemos habitualmente para ello, o podemos cantar una canción o reproducirla de fondo.

Otra opción que suele funcionar muy bien es la de cogerlo en brazos, inclinarlo hacia atrás y aprovechar para cepillarle por cuadrantes o zonas mientras contamos de uno a tres (o hasta el número que sepan contar) y celebrar juntos el fin del cepillado.

 De 2 años a 4-5 años 

Subiremos al niño o niña a una silla y nos pondremos delante del espejo. Lo primero que podemos intentar es cepillarnos los dientes a la vez, pero siendo conscientes de que lo más probable es que ellos se limiten a jugar y morder el cepillo. Por eso, al finalizar nuestro cepillado, debemos situarnos justo detrás y hacerle mirar hacia arriba, mientras apoya su cabeza en nuestro pecho. De esta manera, vamos a tener un mayor control sobre sus movimientos que si nos situásemos justo en frente, lo que posibilitaría que moviesen la cabeza hacia los lados, complicándonos el cepillado.

Como consejo adicional, recomiendo poner alguna canción sobre el cepillado, dejarles pausas para tragar o escupir y controlar el tiempo con un relojito de arena o alguna aplicación del móvil.

Recordad que siempre hay que cepillar no solo por donde mastican, si no también por fuera y dentro. Además, debemos empezar a usar el arco dental en aquellos dientes que lo requieran (por estar juntos) y cepillar la lengua.

De 6 a 8 años

A esta edad lo recomendable es que empiecen a cepillarse los dientes ellos solos (tal y como les habrán enseñado en la consulta de su dentista) y nosotros les repasemos para asegurarnos de que lo han hecho correctamente. Nos tenemos que asegurar de que han cepillado encía y diente (para que no se inflame ni sangre) y de que llegan bien a las últimas muelas (primeros molares definitivos) ya que precisamente aparecen sobre esa edad. Muchas veces, como salen detrás de sus muelas temporales sin que se haya caído ninguna otra pieza previamente, no se han dado cuenta de que han comenzado a erupcionar o quizá tienen cierta molestia, por lo que no se las cepillan bien. Es recomendable estar pendientes de esto hasta los 8 años.

Mayores de 8 años -ADOLESCENCIA

A partir de los 8 años ya tienen la destreza suficiente para cepillarse los dientes ellos mismos, pero no siempre lo hacen de forma correcta o quizá, por prisa o pereza, lo hacen demasiado rápido. Como ya son autosuficientes para realizar sus tareas de higiene personal y no podemos repasarles cada vez que se cepillen, la mejor opción es tener revelador de placa bacteriana en casa. Se trata de un producto que tiñe la suciedad de un fucsia intenso para que podamos visualizarla y así pedir que vuelvan a cepillarse si vemos alguna zona del diente de ese color.

Recuerda que las revisiones dentales, además de diagnosticar caries y problemas de mordida, son importantes para continuar con la motivación en el cepillado y detectar si la técnica es correcta o estamos actuando de forma errónea. Ante cualquier duda puedes dirigirte a nosotros a través de nuestros canales habituales, además de consultar otros artículos populares de nuestro blog como A mi hijo no le salen los dientes definitivos o ¿Tienen raíz los dientes de leche?