Traumatismos dentales en verano: ¡¿Qué hago?!

¡Por fin ha llegado el verano y las ansiadas vacaciones! Esta bonita época de calor, piscina, playa y helados también aumenta la incidencia de traumatismos dentales entre los más pequeños, que sufren caídas mientras juegan.

Por tanto,

¿Qué  debemos hacer si estamos de vacaciones y nuestro hijo sufre un traumatismo dental?

Lo primero que debemos hacer es tranquilizarnos. Que no cunda el pánico. Tejidos blandos como labios, frenillo o carrillos dentales suelen sangrar de forma escandalosa e inflamarse después del trauma, pero primero debemos asegurarnos, tras limpiar con un pañuelo o gasa mojada, si es necesaria una visita al hospital para suturar o si nosotros mismos podremos controlar el sangrado.

Lo segundo es valorar el daño en la zona dental. ¿El diente se ha fracturado, se ha salido totalmente de su lugar o se mueve?

En el caso de que se haya roto o fracturado parcialmente, lo que debemos hacer es buscar el fragmento, ponerlo en un recipiente con leche, suero o saliva y acudir a una clínica dental, donde valoraremos la gravedad del traumatismo para realizar el tratamiento oportuno. No os preocupéis, en la amplia mayoría de los casos el fragmento puede volver a pegarse.

En caso de que el diente haya salido entero, y se trate de un diente definitivo, debemos la pieza y cogerla por la corona sin tocar la raíz. Si nos atrevemos, debemos lavarlo con agua -de nuevo sin tocar la raíz- y con el tapón del lavabo puesto (para que no se vaya por el desagüe), y reimplantarlo en su lugar. Mientras, el niño debe morder un pañuelo apretando el diente para que no se salga y acudir a la clínica dental con urgencia.

Si no nos atrevemos, o no nos deja, debemos meterlo en leche -y si es desnatada y fría, mejor- o a las malas en suero o saliva, y acudir a la clínica con urgencia antes de que transcurra una hora. En este caso, se lo reimplantarán y ferulizarán para que la encía vuelva a adherirse y se regenere el hueso.

Además, si el golpe ha sido directamente en el mentón o la barbilla, pueden haberse fracturado los molares, así que tendrían dolor al masticar. En estos casos, hay que acudir a una clínica dental en cuanto nos sea posible.

¿Y qué hacer después?

Higiene: En lo correspondiente a la higiene dental, es necesario vigilarla más que nunca en los días posteriores, para prevenir complicaciones. El cepillado debe darse con un cepillo suave y desinfección con gasas con clorhexidina, ya sea en líquido o gel, según nos recomienden en la clínica en base a su edad, para ayudar a la cicatrización

Movilidad: Si la pieza tiene cierta movilidad tras el golpe, lo recomendable es no dejarle usar ni chupete ni biberón durante unos días para que los dientes se vuelvan a fijar en su posición correcta.

Alimentación: Durante al menos una semana, y para favorecer la fijación de esa pieza, recomendaríamos dieta blanda y alimentos troceados.

Ocio: Aunque si se trata de unas vacaciones de verano suele ser la más difícil de cumplir, también es importante evitar actividades como el deporte o el baile que puedan conllevar otra caída o algún golpe directo en la boca.

Control: Es necesario llevar un control especial sobre la pieza dañada y acudir a sendas revisiones 7 días, un mes, 6 meses y un año después del traumatismo, ya que puede haber consecuencias tardías. En el caso de los dientes temporales, los vigilaremos hasta la erupción del permanente para prever la movilidad permanente, la anquilosis dental, la pérdida prematura del diente temporal, defectos en la calidad o cantidad del esmalte y desplazamiento de la posición del diente permanente. En dientes temporales como definitivos puede ocurrir una necrosis pulpar, que puede llegar a provocar un cambio de color y necesitar tratamiento.

 

Así que, ya sabéis, lo más importante es mantener la calma. En la clínica estamos acostumbrados a tratar este tipo de casos y tienen mejor pronóstico del que los padres suelen creer.