Las carillas dentales son el ‘gold standard’ de los tratamientos de estética dental. Estas láminas, que pueden ser realizadas de forma directa por el odontólogo, o indirecta por un laboratorio, consiguen modificar la forma, el color y el tamaño de los dientes.
Son por eso mismo el tratamiento más buscado y requerido del área de estética, y de un tiempo a esta parte, gracias a la difusión en redes sociales e internet en general, aquel del que cada vez más pacientes solicitan información, ya sea en un gabinete o a través de una búsqueda en su móvil, como probablemente sea tu caso.
Si estás interesado en conocer los aspectos más básicos acerca de las carillas, te remito a este artículo de mi compañero Diego, si por el contrario te interesa conocer más en detalle este tratamiento, desde un punto de vista más específico, sigue leyendo:
TIPOS DE CARILLAS Y SUS CARACTERÍSTICAS
Las carillas pueden ser cerámicas, de composite o híbridas según su composición:
Cerámicas
Que a su vez se pueden subdividir en feldespáticas o de disilicato de litio
Las feldespáticas son las más estéticas y se utilizan en casos donde el sustrato del diente es muy favorable y hay muy poca probabilidad de fractura por el tipo de oclusión, porque son las menos resistentes.
Las de disilicato de litio combinan estética y resistencia, un equilibrio que favorece mucho el pronóstico de las restauraciones y las lleva a ser una de las opciones más utilizadas.
Composite
Que en este caso se subdividen en directas, indirectas o inyectadas.
Se denominan carillas de composite directas cuando las realiza el propio odontólogo a mano alzada combinando capas de diferentes tipos de composite. Es la más estética en cuanto a mimetismo, color y propiedades, además de que en muchos casos no necesitan de tallado y se pueden realizar en una sola cita. Por contra, el resultado depende mucho de la experiencia del odontólogo, porque necesita técnica manual.
Las indirectas, por contra, son realizadas en el laboratorio protésico y luego cementadas en boca, por lo que necesitan más de una cita.
Por último, las inyectadas, que consisten en precisamente eso, inyectar composite fluido a través de unas llaves de silicona que se sacan de un modelo diseñado por el laboratorio. De esta manera trasladamos dicho diseño a la boca del paciente de una manera relativamente rápida y eficaz. En estos casos solo es viable inyectar un tipo de composite por lo que hay que seleccionar bien el caso en el que es viable realizarlo.
Híbridas
Son las últimas que han aparecido en escena y utilizan bloques compuestos por más de un material. La combinación más común es resina con partículas cerámicas, con lo que conseguimos combinar las ventajas de ambos materiales con un resultado muy favorable tanto en estética como en resistencia.