Las pistas de composite como solución temprana a la mordida cruzada

Existen varios factores que pueden contribuir a crear una mala mordida desde que comienzan a aparecer los dientes temporales: la genética, el uso excesivo del chupete (o chuparse el dedo), la lengua…en estos casos, un diagnóstico precoz es fundamental y comenzar el tratamiento antes de los 6 años es lo ideal.

A estas edades, lo ideal es recurrir a un tratamiento sencillo, indoloro y rápido que nos ayude a prevenir y tratar desde un primer momento, sin esperar a la dentición permanente y sin recurrir a aparatología más compleja. Por supuesto, cuando planteo esto a los padres, su primera reacción es la sorpresa, pues la mayoría creen que estoy haciendo referencia a una realidad ideal que ni tan siquiera existe.

Sin embargo, hoy en día podemos recurrir a la rehabilitación neuro-oclusal con pistas de composite, un tratamiento novedoso que corrige estos problemas usando las propias fuerzas masticatorias del niño. Eso sí, aunque existen pistas de composite para distintas maloclusiones, como sobremordidas, clases II y III, las más usadas sin duda son las de mordida cruzada, pues han probado sobradamente su efectividad. Para mordida abierta debemos recurrir a otros tratamientos, sobre los que podéis encontrar información en otros artículos de nuestro blog.

¿Para qué se usan las pistas de composite?

Primeramente, debemos aclarar un poco qué es exactamente una mordida cruzada, la que vamos a tratar con las pistas de composite. La mordida cruzada es aquella en la que los dientes superiores, que deberían estar por fuera de los inferiores, están por dentro, es decir, justamente al contrario. Este tipo de alteración en la mordida suele venir caracterizada por la presencia de un paladar profundo y estrecho.

Entre las consecuencias destacan que, al presentar problemas para morder, los dientes no ejercen las fuerzas de forma adecuada, causando así daños en la propia pieza, en los tejidos blandos y en las estructuras involucradas.

Aquí os dejamos algunos ejemplos de mordida cruzada de pacientes reales de la clínica:

 

Como podéis intuir mirando las fotografías, en estos casos ocurre una masticación unilateral, es decir, que cuando el niño come solo utiliza un lado de la boca para comer. Al prologar esta situación en la que se utiliza más un lado que el otro, se desarrollan asimetrías faciales, además de otros problemas esqueléticos y musculares, sobre todo en estas edades en las que el crecimiento es continuo.

Esta patología se trata con facilidad en edades anteriores a los 6 años, ya que normalmente se debe a que la medida del hueso es la correcta pero un diente está algo torcido, desviando la trayectoria, lo que provoca un contacto prematuro y no deja morder bien, obligando a los pacientes a mover la mandíbula para poder masticar y agravando así el problema.

Si esta desviación es leve, podemos limar o tallar un poco el diente que la provoca y así solucionarlo. En otras ocasiones recurrimos a las mencionadas pistas de composite.

¿Cómo funcionan las pistas de composite?

Las pistas de composite no requieren el uso de ningún tipo de aparato ni similar, simplemente se basan en la colocación de composite (el mismo material con el que se realizan los empastes y sobre el que podéis aprender aquí) en forma de rampa, normalmente colocada por encima del canino y/o molar en caso de mordida posterior, o en algún incisivo en caso de mordidas cruzadas anteriores.

El objetivo es que descruce la mordida y la centre, ya que la forma de esta rampa va a ir redirigiendo poco a poco la mordida hasta centrarla, de forma que se vea la línea media alineada (la línea entre los incisivos superior e inferior).

Su funcionamiento es sencillo y a nivel clínico necesitamos una primera cita de colocación, y otras de revisión en las que iremos aumentando la inclinación hasta conseguir el objetivo, realizando fotos en todas estas citas para ir viendo la evolución.

Así, descruzaremos su mordida, lo que evitará que mastique solo un lado, comenzando a usar ambos de forma normal y recuperando una oclusión idónea de forma rápida y sencilla, sin involucrar el uso de aparatología más compleja y redirigiendo el crecimiento igualitario y simétrico de los maxilares, lo que va a evitar las asimetrías faciales y otros problemas derivados de esta maloclusión.

¿Son las pistas de composite el tratamiento idóneo en todos los casos?

No, existen algunas excepciones en las que no podremos colocar pistas. Por ejemplo, si la diferencia entre el maxilar y la mandíbula es muy acentuada porque tiene un maxilar estrecho, le provocará una mordida cruzada anterior y posterior a la vez, lo que no se podrá solucionar con pistas y requerirá de ortopedia dental cuando erupcionen sus primeros molares a los 6 años.

Tampoco podremos colocar pistas si el comportamiento del niño no es favorable, que es una solución que requiere de su colaboración en mayor o menor grado.

Por esto es importante el diagnóstico precoz de este tipo de patologías, acudiendo al odontopediatra desde bien pequeño y poder diagnosticar las necesidades de los más pequeños de la casa y mejorar su boca y la calidad de vida de los pacientes infantiles.

Si crees que podemos hacer algo por tu hijo o hija, con esta u otra solución, no dudes en venir a vernos.

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